Druni, una cadena que se autodefine como líder en perfumería, cosmética, maquillaje y parafarmacia on line, prepara su desembarco en Menorca. En las próximas semanas, una vez pasado el fragor de la temporada turística, abrirá tienda en el local que, hasta hace poco, ocupaba Violeta, una marca de Mango con la línea de ropa femenina con tallas grandes, en Sa Ravaleta, en Maó.
La inmobiliaria Bonnin Sanso, que ha realizado el trabajo de intermediación, ha confirmado la operación firmada recientemente y conocida ya en el ambiente comercial de Maó. Ignora, no obstante, los planes concretos de Druni, la marca que irrumpe en un mercado que hasta ahora, tanto en Maó como en el resto de poblaciones menorquinas, ha tenido características de pequeño comercio.
300 tiendas
Druni, según se explica en su propia web, es una cadena que nace en Valencia en 1987. Allí tiene su sede, aunque gran parte del volumen de venta lo realiza, como todas las grandes marcas, a través del comercio electrónico, un canal cada vez más utilizado por los clientes.
La expansión de este grupo desde entonces ha sido notable. Hoy cuenta con 300 establecimientos y da trabajo a dos mil personas en toda España. La tienda de Maó será la última incorporación a su amplia red comercial. La apertura se habría retrasado para evitar el contexto turístico y dar un enfoque más local al nuevo negocio.
En el contexto de cambio de paradigma que viene registrando el sector comercial, las franquicias continúan ganando terreno al comercio tradicional. El tejido de pequeñas tiendas distribuidas a lo largo de los cascos urbanos está generando un doble fenómeno de reducción y de concentración en el centro urbano.
Ningún segmento se libra de ese movimiento, cuyos resultados son de auténtico terremoto en el campo de la alimentación y de la moda, los dos que han sufrido una verdadera transformación de la mano de grandes superficies, multinacionales y de las marcas que se han implantado mediante franquicias.
El segmento de la perfumería y cosmética había estado exento hasta ahora de ese tipo de competencia generado por la irrupción de las grandes cadenas, pero la tendencia cada vez deja menos resquicios.
El apunte
Un espacio a la venta por casi dos millones de euros con o sin inquilino
El comercio local ha reducido su presencia, pero resiste en el centro, donde la caída de la actividad es menor y el valor inmobiliario se mantiene alto. Este local pertenecía hasta hace unas décadas a una empresa menorquina. Luego lo compró Mango para instalar su primera franquicia en la Isla. Al dejarla, lo vendió a unos inversores catalanes, quienes lo explotan en régimen de alquiler, ahora, a la empresa Druni. No obstante, la propiedad está a la venta, con o sin inquilino, por 1.780.000 euros.