Con el Plan Territorial Insular a punto de su aprobación definitiva, el Grupo Popular en el Ayuntamiento de Alaior llevará a pleno un último intento para que el Consell acepte la propuesta de Meliá que implica rebajar la altura de las dos moles que hoy constituyen el Hotel Milanos-Pingüinos. A cambio, el grupo mallorquín reclama poder construir en las dos parcelas adyacentes al establecimiento, también de su propiedad, pero que están protegidas desde la entrada en vigor del planeamiento insular en el año 2003.
El equipo de gobierno de Alaior, con su alcalde al frente, ha defendido en varias ocasiones esta propuesta como la mejor solución desde el punto de vista paisajístico. Ahora apuesta por llevarla a pleno con la esperanza de sumar el apoyo del grupo de la oposición, Junts per Lô. Desde el Consell, en cambio, han rechazado hasta ahora cualquier negociación que implique edificar dos parcelas en primera línea de mar que actualmente no son urbanas.
El grupo municipal de Junts per Lô se mostró abierto el pasado mes de diciembre a negociar una solución que implique cambiar el PTI, aunque más restringida que la planteada por el ayuntamiento.
El GOB también ha tenido un papel activo en la polémica, denunciando que el hotel se construyó en su día incumpliendo los parámetros de la licencia. El grupo ecologista sostiene que dicha irregularidad de origen permite frenar un proyecto que consolidaría el exceso de edificación.
Convenio a tres bandas
La moción del PP pide «redacctar y aprobar un convenio urbanístico entre el Ayuntamiento de Alaior, el Consell de Menorca y Meliá Hotels donde se regule y definan los acuerdos adoptados para reducir el impacto paisajístico» del hotel. Dicho acuerdo debe reflejarse en el Plan Territorial Insular antes de su inminente aprobación definitiva, ya que implica reclasificar como urbanas las dos parcelas adyacentes a las torres actuales.
La propuesta de Meliá consiste en compensar de forma proporcional lo que se pierda rebajando la altura del hotel con lo que se permita edificar en los nuevos terrenos. La última palabra, en todo caso, la tiene el Consell, que debería modificar el Área de Reconversión Territorial (ART) de Son Bou descrita en el PTI y que se sitúa en la zona más alejada de la playa, lo que nunca ha interesado al grupo hotelero.
El PP sostiene que desde la aprobación del planeamiento insular en el año 2003 la urbanización de Son Bou «vive en un caos urbanístico que ha provocado una parálisis en la zona, con demandas y sentencias millonarias que tendremos que pagar todos los menorquines».
La concesión de la licencia por parte del Ayuntamiento de Alaior continúa pendiente del registro de las parcelas agrupadas.