La temporada alta turística y la inestabilidad meteorológica pasan factura al Camí de Cavalls con tramos erosionados y en mal estado que han provocado quejas entre los usuarios. La ruta sur y los puntos que discurren junto a barrancos y torrentes son los más afectados por la frecuencia de paso de excursionistas y las fuertes lluvias que cayeron con la llegada del otoño.
El director insular de Proyectos Sostenibles y responsable de la gestión de este sendero histórico, Isaac Olives, explica que «el Camí de Cavalls está de moda y lo emplean tanto residentes como turistas». Esta realidad, sumada a las adversidades climáticas, añade Olives, «hace que sea necesario un mantenimiento diario». Si bien asegura que la brigada realiza las labores de conservación, «a veces no dan abasto».
El Camí de Cavalls es un sendero de 186 kilómetros que recorre la costa menorquina y, dada su longitud, afirma Isaac Olives, «es complicado llegar siempre a todos los tramos con desperfectos». Aún así, asegura que «cuando recibimos críticas constructivas o avisos de excursionistas localizamos esos puntos y actuamos para repararlos».
Mejoras en la señalización
Entre las actuaciones de mejora previstas sobre el Camí de Cavalls destaca el cambio de la señalización que indica las rutas. «Hay muchas señales deterioradas y, aunque en el último año se han cambiado algunas, ahora hay otra partida para cambiar unas 300 más», reconoce Isaac Olives. Se trata de una actuación que responde a uno de los reclamos de los usuarios del sendero, que en repetidas ocasiones han manifestado la necesidad de sustituir las señales en mal estado.
Otro proyecto de mantenimiento y conservación del camino pasa por actuar en la quinta etapa, entre Cala Tirant y la playa de Binimel·là, donde el terraplén ha cedido y es necesario una variación del trazado para prevenir eventuales riesgos. «Estamos esperando permisos de Costas, pero pronto lo tendremos listo», avanza el director insular de Proyectos Sostenibles. La actuación, asegura, «es pequeña» y se financiará con unos 40.000 euros.
Aparte, aún falta que el Ayuntamiento de Maó otorgue una licencia municipal para que empiecen las mejoras en el tramo que va de Maó a Sa Mesquida. Aquí, la ruta se desviará por San Isidro para evitar la carretera.