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Siete aspirantes para vender 'chuches' en Ses Palmeres tras la reducción del canon municipal

El Ayuntamiento de Ciutadella exige un pago mínimo de 3.155 euros anuales cuando antes cobraba 11.700

Las siete ofertas hacen prever que el kiosco volverá a abrir al público en los próximos meses.

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La rebaja hasta un tercio del cánon para la gestión del kiosco de la Plaça de ses Palmeres, en Ciutadella, ha animado el proceso para su adjudicación. Es así que hasta siete licitadores han presentado oferta y será la mesa de contratación la que decida próximamente la mejor propuesta.

Tras la renuncia de la anterior concesionaria por los efectos de la pandemia y el inasumible pago de la cuota anual al Ayuntamiento, desde las Casas Consistoriales han sacado a concurso el kiosco rebajando de forma importante el cánon que deberá pagar anualmente el próximo adjudicatario.

Todavía no hay fecha prevista para la reunión de la mesa de contratación, pero se espera que sea en breve, con el objetivo de relanzar cuanto antes la actividad en el popular kiosco de la Plaça d'Alfons III.

Importe más asumible

La anterior adjudicataria estuvo al frente del negocio durante ocho años y logró la concesión en un proceso en el que cuatro licitantes presentaron sus propuestas, a pesar de que el cánon estaba fijado en 11.700 euros cada año.

En esta ocasión, los siete aspirantes deberán abonar un mínimo de 3.154,7 euros, en realidad 3.817,8 euros, teniendo en cuenta los impuestos.

El periodo para presentar ofertas concluyó el 5 de enero. El kiosco debe destinarse obligatoriamente a la venta de golosinas, helados, caramelos, bebidas frías o calientes no alcohólicas, frutos secos, frutas envasadas y productos de pastelería o pastelería que no sean elaborados allí mismo.

El apunte

La anterior concesionaria renuncia a presentarse de nuevo

Marga Barceló obtuvo en 2013 la concesión para gestionar el kiosco de la Plaça de ses Palmeres. Así lo hizo, hasta que la pandemia redujo la actividad en las calles y el negocio se hizo insostenible. «En febrero se cumplirá un año desde que tuvimos que cerrar», apuntaba ayer la anterior gestora, quien no logró una rebaja del cánon anual suficiente para poder continuar. «La alcaldesa reconoció que el precio era elevado, pero que legalmente no se podía rebajar más». Ahora, «veo normal» la rebaja, concluyó Barceló, quien no se postula a la concesión y «deseo suerte a quien lo asuma».

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