Apostar por el turismo y velar por la cohesión social usando como brújula la declaración de Reserva de Biosfera. Este fue el leitmotiv del discurso que pronunció ayer la presidenta del Consell, Susana Mora, con motivo de la festividad de Sant Antoni, patrón de Menorca. En la sala de plenos de la máxima institución insular, y ante la presencia de diversas autoridades autonómicas y locales, tanto civiles como eclesiásticas, Mora agradeció la oportunidad de «volvernos a juntar, por fin, sin restricciones» y de «celebrar con una normalidad ejemplar los actos tradicionales en homenaje a Sant Antoni» tras dos años anómalos.
Si bien se centró en poner en valor el 30 aniversario de la declaración de Menorca como Reserva de Biosfera por la Unesco y en tratar varias cuestiones de actualidad, la presidenta puso especial énfasis en defender el turismo como el «motor» del bienestar de todos, después de un verano que justamente ha batido récords, y en asegurar que «no puede convertirse, por exceso, en la fuente de la discordia». El turismo debe armonizarse, insistió Susana Mora, «con la tan preciada cohesión social» que, una vez más, como ya hizo el año pasado, situó en el eje central de su intervención. «La cohesión social es el enorme valor distintivo que fundamenta nuestra convivencia, es el motor moral que nos tiene que ayudar a superar la situación de incertidumbre económica y social que estamos sufriendo», declaró Mora.
El crecimiento económico basado en las industrias vinculadas al turismo, insistió la presidenta del Consell, «debe seguir siendo el corazón que bombee la energía necesaria para nuestra prosperidad y bienestar». Del mismo modo, remarcó que «hemos sabido avanzar siempre a un ritmo sostenido y sostenible» y esto ha permitido, en palabras de Mora, «que la cohesión social haya podido superar incluso los peores trances». En este punto quiso conmemorar un «símbolo remarcable de este tránsito colectivo», el reconocimiento de Reserva de Biosfera que Menorca logró el 7 de octubre de 1993. «Fue un hito primordial para nuestra sociedad, debemos sentirnos orgullosos de ello», confesó.
Reserva de Biosfera
Con la esperanza de que «la Unesco reconocerá la cultura talayótica de Menorca declarándola Patrimonio de la Humanidad», Susana Mora resaltó la distinción como Reserva de Biosfera y afirmó que este distintivo «debe servirnos de brújula hacia el futuro». Reconoció aquí los retos que tienen que resolverse, como el problema de la «carencia y calidad» del agua. Asimismo, mencionó el deber de garantizar en todo momento «la suficiencia energética y su origen renovable», así como la intención de avanzar hacia una gestión «ejemplar» de los residuos. En su enumeración de desafíos, apareció también la cuestión del transporte y la conectividad, que aprovechó para hacer una reivindicación de derechos «porque no podemos ni queremos ser una isla aislada».
Capacidades políticas
Si bien la presidenta del Consell afirmó la «madurez institucional y el vigor competencial» que ha alcanzado el ente insular en tanto que gobierno de Menorca, reconoció que «debemos continuar fortaleciendo las capacidades políticas de nuestra isla, siempre desde la lealtad y la cooperación, desde el diálogo y el acuerdo». También consideró la posibilidad de «muscular más y mejor nuestros municipios, los ayuntamientos y la cooperación institucional» para resolver «retos capitales, como el de la vivienda».
Reforzó también las ideas europeístas, centrándose esta vez en que «Europa, ante la intransigencia y la guerra, habla hoy el lenguaje de la cooperación y el diálogo, del consenso y la solidaridad». Precisamente, Susana Mora se refirió a las «duras y complejas consecuencias de la guerra en Ucrania» que se han añadido a las «incertidumbres provocadas por la pandemia»; y quiso generar conciencia sobre las «enormes dificultades que muchas familias están pasando este invierno ante la escalada de precios».