Abocadas al abandono, al vandalismo y al deterioro, las cabinas telefónicas que aún quedan presentes en Menorca únicamente sirven como símbolo para recordar nuestra historia telefónica. Casi centenarias, no funcionan desde que Telefónica dejó de estar obligada a la prestación del servicio en enero de 2022. Antes, los datos ya revelaban que el uso de las cabinas había entrado en declive, con una llamada semanal de promedio, y que estaban condenadas a su fin.
Desde el año pasado, fecha de caducidad de estos elementos que quedaron obsoletos tras la irrupción del teléfono móvil y las nuevas tecnologías, Telefónica está llevando a cabo un plan ordenado de desmantelamiento de las cabinas que se instalaron en Menorca. Confirman que hay al menos una treintena en los municipios y las urbanizaciones como Los Delfines de Ciutadella, donde los vecinos pudieron ver el pasado fin de semana cómo dos operarios desmontaban la estructura que antaño albergaba en su interior un teléfono de uso público.
Tras casi un siglo de vida, irán desapareciendo del mapa poco a poco, indican desde Telefónica, con la colaboración de los diferentes ayuntamientos para minimizar cualquier impacto sobre la ciudadanía.