Los vecinos de Ferreries vivieron este lunes un tráfico poco habitual de camiones por el núcleo. Este ajetreo se produjo durante toda la jornada de ayer, prolongándose durante la noche y la mañana de hoy. Y es que han empezado las labores de retirada de los fangos de la antigua depuradora, que se hallaban a la espera de esta solución desde 2017 cuando el Govern aceptó exportarlos en vez de enterrarlos.
La medida supone desalojar unas 8.700 toneladas de residuos tóxicos con altas concentraciones de cromo, cobre y zinc. En una primera fase ejecutada hace un año, ya se sacó del fondo toda la materia contaminante y solo faltaba el operativo de traslado a la Península, en concreto a una planta de reciclaje de Nerva (Huelva), que ahora se procede a realizar.