Los lodos tóxicos de la depuradora de Ferreries llegaron el sábado al puerto fluvial de Sevilla y el Ayuntamiento de Nerva (Huelva) quiere impedir a toda costa que se depositen en el vertedero situado a 700 metros de esta población de 5.300 habitantes. Para ello ha solicitado a la subdelegación del Gobierno en Huelva que la Guardia Civil realice una inspección, para comprobar que los materiales que se trasladan son lo que se dice que son. Es de este modo que el año pasado lograron impedir que 25.000 toneladas de residuos acabaran en un centro que, aseguran, «acumula un largo historial» de irregularidades.
Si, finalmente, la subdelegación del Gobierno ordena inspeccionar la carga, cabe la posibilidad de que se impida depositarla en el vertedero de Nerva. Sobre esto, la Conselleria balear de Medio Ambiente descarta responsabilidad alguna y señala que es M. Polo, «la empresa adjudicataria la encargada de elegir un vertedero autorizado y de tramitar todos los permisos pertinentes».
Desde Nerva, el alcalde de la localidad, José Antonio Ayala (PSOE), confirmaba ayer a «Es Diari» la petición realizada para que la Benemérita «compruebe si se corresponde la carga con la caracterización» que se espera. «Hay que ver si cumple con los parámetros y son inertes como nos dijeron a nosotros, o si son tóxicos, como reconoció» el conseller balear de Medio Ambiente, Miquel Mir. «Lo hemos sabido por la prensa de Menorca, la Junta de Andalucía no nos informa, y la empresa (DSM) tampoco».
Mil vecinos han abandonado el pueblo
Las 3.200 toneladas de lodos procedentes de la industria bisutera menorquina y que yacían en la depuradora de Ferreries, han reabierto la polémica y las críticas hacia la Junta de Andalucía. «Es una guerra larga», señala Ayala, quien se remonta al «engaño» y a las promesas que se hicieron en 1995 para instalar allí un vertedero de materias peligrosas. Un argumento que comparte Rosa Fernández, periodista de investigación especializada en cuestiones ambientales, quien añade que, desde entonces, un millar de vecinos han abandonado el pueblo por los riesgos que supone para la salud. «Huele a química, hay muchos vecinos con cánceres extraños, muchos casos de gente sin olfato», apunta, a la vez que asegura que «Nerva no tiene sitio para tratar este tipo de residuos».
De hecho, la presión social había logrado que la Junta de Andalucía declarara un «cierre ordenado» del vertedero, sin embargo, esta misma semana el alcalde onubense confirmó que la empresa gestora había solicitado licencia de obra mayor para «recrecer» y así, eternizar el cierre «otros 25 o 30 años», cuando las instalaciones «ya sobrepasan en límite».
Sobre esta cuestión se manifestó ayer mismo el consejero andaluz de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Energía Azul, Ramón Fernández-Pacheco (PP). Según recogían medios como Huelva 24, no se puede «cerrar el vertedero de la noche a la mañana», «no nos consta ningún documento solicitando» la ampliación y, «en ningún caso, la Junta se ha pronunciado a favor» de este recrecimiento.
Por otro lado, según Rosa Fernández, «en el Govern balear eran conscientes de que no eran simples lodos, y como no se pueden enterrar líquidos, en el anuncio de licitación se requería a las empresas licitantes que debían reducir un 35 por ciento la humedad de los lodos». De ahí que el volumen inicial anunciado de 8.700 toneladas quedara en 3.200.
El apunte
El alcalde: «El problema no es Menorca, es porque nos tienen como el vertedero de España y Europa»
El alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, insistía ayer en que «nuestro problema no es con Menorca, pero la gente tiene que entender que allí se quitan un problema que llevamos mucho tiempo luchando». Porque a los nervenses «nos tienen como el vertedero de España y de Europa». De hecho, considera que todos estos años «ya hemos cumplido» con el cometido y ha llegado la hora de parar los vertidos. «Iba a ser beneficioso para la industria de Huelva, de Sevilla», pero a la hora de la verdad se convirtió en el mayor vertedero de España, a donde llegan residuos de todo el mundo, como Panamá o Israel.
«Lo único que pedimos es que se legisle, que se revise la utilidad pública de este vertedero en suelo rústico, y que se reconozca que no es razonable» el hecho de recibir materias peligrosas, sin importar de dónde. «Cada comunidad autónoma debería tener un vertedero» de estas características, defiende Ayala, quien confía que se pueda detener el traslado de lodos a Nerva.