Los criterios económicos y no los ambientales primaron en el contrato público del traslado de los lodos de la antigua depuradora de Ferreries fuera de la Isla, y el hecho de que el informe técnico considerara insuficiente la propuesta de la empresa sobre su destino -incluyendo la codificación del residuo y sus características para la aceptación en el vertedero final-, no fue obstáculo para la adjudicación a M. Polo. No había muchas opciones, ya que dicha empresa era el único licitador en un concurso que ya había quedado desierto en un primer intento.
La Agència Balear de l'Aigua i de la Qualitat Ambiental (Abaqua) redactó un pliego de condiciones en el que, dentro de los criterios de adjudicación, puntuó más la oferta económica, 50 puntos, que la técnica, 45 puntos; otros 5 puntos se otorgaron al criterio social. La adjudicataria obtuvo en total 78 puntos, la máxima puntuación se dio porque era la propuesta más barata (50), a lo que se añadieron 5 puntos del criterio social y 23 del técnico; dentro de este último apartado el específico sobre la propuesta de destino final de los lodos, que ahora y pese a las protestas vecinales y ecologistas están en el vertedero de Nerva (Huelva), solo supuso un punto sobre un total de cinco, según la memoria de la Conselleria de Medio Ambiente.
Sobre la polémica de la exportación de residuos tóxicos, la presidenta del Govern, Francina Armengol, declaró en su última visita a Menorca que se trató de una decisión técnica, no política, sin embargo fue básicamente económica, de acuerdo con los criterios evaluables del pliego y la puntuación final obtenida por la licitadora.
El apartado de la propuesta de destino o destinos autorizados para la disposición final de los residuos condicionados o pretratados, incluyendo la propuesta de codificación del residuo y las características cualitativas para su aceptación estaba valorado con 5 puntos en total, del que la adjudicataria solo obtuvo uno, una calificación que se considera insuficiente en la evaluación de los criterios de adjudicación.
Un proceso plagado de obstáculos
El proceso para contratar y finalmente retirar los lodos de la antigua depuradora de Ferreries ha sido largo y no exento de obstáculos. En 2019 se licitó por segunda vez el servicio de acondicionamiento, retirada, transporte y depósito final de los fangos acumulados en la estación de Ferreries, que antes de desecarse eran 8.700 toneladas de residuos procedentes de la industria bisutera y por tanto, con altas concentraciones de metalesa como cromo, cobre y zinc. Finalmente la cantidad transportada a Nerva fue de 3.200 toneladas al rebajar su peso por el secado. Pero ninguna empresa estaba interesada en el trabajo en la primera licitación, que quedó desierta, lo que obligó a aumentar el presupuesto, de los 1.650.000 euros iniciales a los 1.950.000 por los que finalmente se adjudicó, cantidad que, sumado el IVA, se queda en 2,3 millones de euros.
En noviembre de 2019 se elevó la propuesta de la mesa de contratación al Abaqua, con un plazo de ejecución de doce meses, sin embargo la operación de traslado de los lodos no comenzó hasta el pasado 31 de enero; se dio por concluida entre los días 8 y 9 de este mes, cuando la carga desembarcó del buque «Deun», atracado en el puerto de Sevilla, y fue trasladada y depositada en el vertedero de Nerva en Huelva.
Ferreries acababa así una larga batalla para deshacerse de estos vertidos tóxicos. El Consell destina 90.000 euros extra para la restitución de la zona afectada y su reconversión en un parque. Los perdedores de la historia son los vecinos de Nerva, hartos de ser el `punto negro' de Europa.
La comisión por el cierre del vertedero de Nerva reclama a la Junta que reevalúe su capacidad
La Comisión por el cierre del vertedero YA pide al presidente de la Junta de Andalucía la revisión del informe técnico que se realizó en 2015 sobre la capacidad del vertedero de Nerva. La llegada de las 3.200 toneladas de lodos desde Menorca ha hecho obvio que el vertedero sigue recibiendo residuos tóxicos pese a que, según dicho informe, desde el año 2010 se considera que está al límite de su capacidad y requería un recrecimiento para tener unos diez años más de funcionamiento. Transcurridos 13 años desde la situación de llenado de varios vasos del vertedero, acaba de recibir la carga de Ferreries.
El apunte
La promesa política de Més fue darles un «tratamiento adecuado»
En la decisión final de trasladar los lodos fuera de Menorca en lugar de enterrarlos en un sarcófago estanco pesó mucho la presión política ejercida desde el Consell y el propio Ayuntamiento de Ferreries, pese a que ahora su actual alcaldesa sea comprensiva con la repulsa manifestada en Huelva. «Entiendo al pueblo de Nerva, nosotros haríamos lo mismo», declaró Joana Febrer, de la Entesa de l’Esquerra, y efectivamente, en el momento de la licitación su antecesor Josep Carreres, del mismo partido, reivindicó sacar los lodos del municipio. Para ello se alineó con otros actores políticos del mismo signo, como el conseller balear de Medio Ambiente y ahora senador, Vicenç Vidal, de Més per Mallorca; y la ex presidenta del Consell, Maite Salord, de Més per Menorca. Su promesa era exportar la basura contaminante para que recibiera un «adecuado tratamiento». En Nerva se ha mezclado con otra materia inerte y se ha depositado en el vertedero a 700 metros del pueblo.