De las 683 inspecciones de pesca que llevaron a cabo los inspectores del Consell durante el ejercicio de 2022, casi un 4 por ciento se tradujeron en levantamientos de acta por infracción. En total fueron 26 las sanciones impuestas mientras que otros 59 expedientes abiertos en el mismo periodo, a partir de estas inspecciones, se cerraron sin multa, ha informado la institución insular.
Las inspecciones que derivaron en infracción suponen casi el doble de las que se impusieron en 2021, lo que se explica por una mayor actividad revisora de los dos profesionales del Consell responsables de este cometido, junto a los tres guardapescas y un instructor, tal y como había venido reclamando el GOB en sus reiteradas denuncias por la falta de vigilancia que, bajo el criterio del grupo ecologista, favorece la impunidad de los pescadores furtivos de la Isla.
De esta forma el incremento de inspecciones realizadas por los profesionales del departamento en el año anterior alcanza el 22 por ciento, en comparación a las de 2021. Entonces se hicieron 527 frente a las 683 de este año pasado, lo que ha permitido multiplicar el número de infracciones detectadas.
8 más del Govern y el Seprona
En 2021 el Consell notificó 14 sanciones de pesca, aunque en esta cifra se incluían ya las del Govern y el Seprona con números muy irrelevantes. En las de 2022, a las realizadas por el Consell cabe añadir otras seis impuestas por los vigilantes de la Conselleria de Agricultura y Pesca del Govern que corresponden a la reserva marina, tres de ellas en la Reserva Marina del Norte, y otras tres en la Illa de l'Aire, la mayoría de ellas a pescadores recreativos.
Además, según información remitida al GOB, el Govern impuso dos sanciones por comercialización del pescado, una de ellas a cargo del Seprona, cuyas sanciones pueden oscilar entre los 800 y los 20.000 euros. Faltarían por computar las generales que correspondan a este servicio de la Guardia Civil, cuya actividad había descendido casi en su totalidad en los últimos años por la ausencia de efectivos. En 2015, por ejemplo, los agentes abrieron 32 expedientes, en 2021, solo 1.
El incremento en el número de actas abiertas por el Consell en relación al 2021 supera el 30 por ciento. Entonces fueron 54, frente a las 85 totales del año pasado. Entre las 14 sanciones impuestas en 2021, 6 fueron a pescadores profesionales, 5 a recreativos y tres a restaurantes. Mientras que en el ejercicio más reciente, las 26 infracciones detectadas se han repartido entre 5 a profesionales, 19 a recreativos y dos a restaurantes.
Las cifras vienen a señalar que el Consell ha puesto el foco en el castigo a los pescadores furtivos recreativos pasando de 5 a 19 en un solo año, pese a que se hicieran casi un centenar menos de inspecciones a estos pescadores aficionados que se lucran con la venta del pescado capturado a particulares o establecimientos.
En cambio, las inspecciones a los profesionales han sido las más numerosas, puesto que se han efectuado 301 frente a las 228 del año anterior. Pese a este notable incremento llama la atención que se haya detectado un infractor menos.
Con las inspecciones a restaurantes ha sucedido algo similar. En 2022 solo se realizaron 10, la mitad de los que se revisaron el año anterior, y pese a esa cifra inferior, solo se ha sancionado un establecimiento menos que en 2021.
El apunte
37 capturas decomisadas, dos aparejos y tres fusiles
Aunque el número de pescadores recreativos y furtivos sancionados asciende a 24, los productos decomisados por el personal del Consell se limita a 37 capturas, dos aparejos y tres fusiles durante el año 2022. Se trata de 5 pulpos, 6 meros, 3 corvinas, 2 serviolas, 2 lisas, 7 sargos, 1 grivia, 2 salmonetes y 9 raors. Además decomisaron dos aparejos de pesca y tres fusiles.