La Jornada de Autismo, organizada por TEA Menorca con motivo del día de la concienciación, que se celebra mundialmente hoy, se llevó a cabo ayer en Ciutadella con éxito de participación. Un numeroso público, conformado por personas afectadas, familias y profesionales del ámbito de la diversidad funcional acreditaron ayer que hay que «estructurar cooperativamente los procesos de enseñanza y aprendizaje».
Jesús Soldevilla, doctor en educación inclusiva, profesor del departamento de Pedagogía de la Universidad de Vic, y dedicado a la investigación educativa trató sobre «De la ausencia a la presencia, participación y aprendizaje: la historia de Jan». Soldevilla defendió la necesidad de vivir en convivencia, entre iguales, exponiendo la situación y los cambios logrados a través de la experiencia de un alumno entre los seis y diez años. La posibilidad que se presenta de transformar una conducta trabajando la presencia, la participación y el aprendizaje, conjuntamente. «Estructurar los procesos cooperativamente va más allá de un tema de recursos, es una actitud».
Paula Verde, madre de un niño con autismo, es autora del proyecto «Mi mirada te hace grande» y coautora del libro «Reconocer la diversidad». Paula trata una sucesión de imágenes y palabras que invitan a superar la indiferencia, que provocan un cambio. Cuestionó todo aquello que se nos presenta como absoluto o incuestionable, en referencia a las formas de pensar, sentir, y actuar respecto al mundo educativo de las personas con diversidad funcional. Utiliza la fotografía como herramienta de cambio vinculada al mundo de la discapacidad. Las fotografías de la vida de Héctor, su hijo, van más allá de las palabras que no puede decir, son un medio de expresión.
Hablan de luto, aceptación, autoconocimiento, búsqueda de empatía, y como denuncia también. Verde puso de manifiesto la accesibilidad como derecho y el activismo como motor a través de materiales fotográficos para comunicar.
Finalmente, Jaume Galindo, miembro de la Asociación Asperger de Balears, mostró su propia experiencia personal y su condición de autista con relación a su profesión de educador social y la ilusión y las ganas de poder ayudar a los demés. Galindo, que no fue diagnosticado hasta los 19 años, concluyó: «el autismo no está muy enfocado. Hace falta coordinación constante, de maestras, padres y madres, y el alumnado».
Tres testimonios en que, sin duda, se ha conseguido mejorar la calidad de vida, expertos que ayudan a entender cómo se puede avanzar, aportar información a las familias y profesionales del mundo de la salud. Santi Coll, presidente de la entidad, agradeció la numerosa participación, porque «es fundamental la detección y la intervención temprana, así como pedir todos los medios posibles para los niños y niñas con algún trastorno del espectro autista. Podemos avanzar juntos».
Por la tarde tuvieron lugar dos talleres: «Estrategias de manejo de la conducta y el lenguaje natural asistido» y «Comunicación asertiva».