Un estudio en el que han participado científicos del Imedea (CSIC-UIB), el Centro Oceanográfico de Balears y la Universidad de Alicante ha destacado que la variedad de hábitats de los fondos del Canal de Menorca (fondos de arena, maërl y algas pardas) forman un mosaico que resulta fundamental para preservar su biodiversidad.
Según han informado desde el CSIC, los fondos de maërl crecen en altas densidades, gracias a las condiciones de transparencia del agua de la zona, y pueden contribuir a la mitigación del cambio climático por su gran capacidad de retener carbono al acumularse los restos de alga muerta en el sedimento o bajo el alga viva en continuo crecimiento. Este hecho impulsó a los científicos a investigar los fondos de entre 50 y 90 metros de profundidad del canal.
Así, el estudio se valió de la aplicación de un análisis de redes que permitió identificar las conexiones establecidas entre distintos tipos de hábitats, como los fondos de maërl, arena y algas pardas, y las especies que habitan en este paisaje del fondo marino. De esta forma, se pueden conocer qué especies se comparten entre diferentes hábitats y qué especies son exclusivas de uno o dos hábitats.
Asimismo, este estudio revela que la alta densidad de fondos de maërl en el Canal de Menorca sirve como refugio, zona de alimentación e incluso de reproducción para una gran variedad de invertebrados y peces.
Sin embargo, es la vecindad con otros tipos de fondos, como los fondos de arena o de algas pardas, la que fomenta una biodiversidad aún mayor, pues la suma de especies exclusivas (las que viven en un solo tipo de hábitat) y las especies generalistas (las que viven en diversos tipos de hábitat) es superior a que si todo el área estuviese cubierto por un solo tipo de fondo.
Esta investigación ha impulsado nuevas líneas de investigación sobre los fondos biogénicos del Canal de Menorca, que se han visto materializadas en los proyectos financiados por la Comisión Europea Macoibos y Marbefes.
El objetivo para la zona es aumentar el conocimiento sobre las funciones ecológicas que soportan estos hábitats y su contribución a la prestación de servicios a la sociedad, como la cuantificación de la capacidad de secuestro de carbono de los fondos de maërl en el canal, una característica crucial para la mitigación del cambio climático, pero también la preservación de la biodiversidad o la adaptación de las diferentes especies de organismos marinos en un escenario de cambio global.