El rostro que la clientela menorquina asocia al popular restaurante Way, en el andén de Llevant del puerto de Maó, el empresario de origen chino Shumin Wang Song, continúa en paradero desconocido después de que el pasado marzo se conociera que había vendido el establecimiento a Timan Investments España SL, una sociedad inversora y promotora inmobiliaria con intereses en la Isla. Desde entonces la sombra de la duda sobre este último movimiento de Wang se ha extendido, agrandada por su desaparición tras haber culminado la venta por un montante de 2.599.999 euros de la que él habría sido el único beneficiario.
Si entonces ya se deslizaron posibles irregularidades en la operación por no haberla puesto en conocimiento de los socios de las dos empresas que participan de los dos edificios adjuntos incluidos en la venta, Emeva Golf SL y Viento Rojo, estas han quedado reflejadas, por ahora, en una primera denuncia ante la Policía Nacional por una de las accionistas, presentada el 29 de marzo en la comisaría de Maó.
La única socia de Wang en la firma Emeva Golf SL, propietaria de un 35 por ciento de las acciones, le ha demandado por falsedad documental al utilizar su nombre en una supuesta junta de accionistas celebrada el 14 de octubre. En el acta de esa reunión que autorizaba la venta figura el nombre de la mujer escrito de forma errónea y con el género cambiado. La accionista, que invirtió más de un millón de euros en esta sociedad para emprender el negocio en 2016, residente en China, no ha vuelto a Menorca desde 2019. El certificado del acta de la junta de socios solo está firmado Wang, accionista mayoritario pero no por su socia.
Del mismo modo, el socio de la otra sociedad participada, Viento Rojo, de la que Wang era accionista minoritario y apoderado, autorizó la venta mediante poderes otorgados en China, pero condicionada al pago de la cantidad de 700.000 euros que debía ingresar en una cuenta del banco Standard Chartered. Este ingreso no ha llegado a realizarse. La suma se habría transferido a una cuenta del BBVA a la que solo tiene acceso Wang.
La venta del edificio que albergaba el restaurante Way, la pasarela y el otro inmueble con el que lo comunica, se cerró ante el notario de Barcelona, Lorenzo Pío Valverde, el 10 de noviembre por un precio total de 2.599.999 euros. La cifra ha sorprendido a los dos socios puesto que tanto los activos como el negocio en explotación habían sido valorados en 4 millones de euros en la auditoría externa de 2017 previa a la concesión y consiguiente construcción de la pasarela que une los dos edificios frente al mar.
Además, los socios conocían que el verano anterior ya habían existido negociaciones avanzadas con otro grupo inversor por una cifra que superaba los 3 millones de euros, aunque finalmente no se concretó la operación intermediada por la inmobiliaria menorquina Bonnin Sansó.
En la denuncia presentada por la socia de Emeva, a la que ha tenido acceso este diario, se indica que la nueva propiedad de los edificios, Timan Investments España SL, propiedad del empresario alemán Sven von der Heyden, ya tenía vínculos con el responsable de la venta. Se añade que los abogados de la mujer contactaron con esta sociedad inversora para poner en su conocimiento las irregularidades en la operación por los motivos aludidos. Esta respondió que la venta se había desarrollado con todas las garantías legales y adjuntó un certificado de la junta de accionistas de Emeva Golf SL, teóricamente celebrada el 14 de octubre del pasado año en la que se acordaba la operación.
Tanto la socia de Wang en Emeva Golf, como el socio de Viento Rojo, amigo de la juventud, no han vuelto a saber nada del empresario chino desde enero ni tampoco han recibido ninguna cantidad por la venta de los edificios.
El apunte
Shuming Wang, autodenominado ‘Nito Pons’, 15 años de negocio y residencia en Menorca
Junto a su esposa, de origen japonés, Shuming Wang Song, autodenomnado Nito Pons, se hizo célebre aquí como promotor e impulsor del restaurante Way, primero en un local pequeño en el mismo Moll de Llevant, y desde 2016, en dos edificios.
En una entrevista a este diario en septiembre de 2021 indicaba que este era el lugar ideal para vivir al que había llegado en 2006 buscando un sitio para residir en España. Destacaba como «un error» haber cambiado de local porque el negocio «se ha desarrollado muy rápido y hemos olvidado el contacto del valor entre personas».
Durante la pandemia creó una fábrica de mascarillas en Barcelona. En enero declaraba que cerraba el restaurante hasta marzo por primera vez desde 2018 para no bajar la calidad del producto debido a los costes cuando ya había cerrado la venta. Desde entonces no se sabe nada de él.