El catedrático y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Ramón Tamames, presenta este jueves a las 20 horas en la Biblioteca Rubió de Maó sus «Comentarios sobre la XXVI Edición de Estructura Económica de España», uno de sus grandes trabajos editoriales. Recientemente en primera página por liderar la moción de censura presentada por Vox, ahora se sitúa al margen de aquel episodio y observa la actualidad en perspectiva. Será presentado por el general Luis Alejandre y Josep Pons Fraga, editor de «Es Diari», en un acto que se retransmite en directo a través del canal de YouTube de la Fundació Rubió. En el acto estarán a disposición de los asistentes sus libros «Estructura Económica de España, 26 edición»; «La mitad del mundo que fue de España», y «Me duele España», que habla sobre la moción de censura. Asegura estar deseoso de interactuar con sus lectores.
Menorca es un lugar marcadamente turístico. ¿Es paradigma o no de la estructura económica española?
—Es una isla maravillosa, que cuando se ve desde el avión, parece una bandera al viento, en el extremo más nordeste del nuestro Mediterráneo. Y desde luego es un caso único en la dinámica estructural de la economía española, con su desarrollo agropecuario, mantenimiento de toda clase de sensores medioambientales, y limpieza de las aguas marinas del entorno. Yo hice los seis meses de prácticas como alférez de complemento en la vecina isla de Mallorca, pero ahora me siento casi más menorquín que mallorquín.
¿Qué beneficios y perjuicios tiene depender tanto del turismo?
—Afortunadamente hay más cosas que el turismo, y las industrias derivadas de la agricultura, y sobre todo las lácteas, se mantienen, aunque necesitarán de ajustes y reformas. Por otra parte, yo creo que Menorca podría ser no tanto la isla de la calma, que se dijo de Mallorca tanto tiempo, sino la isla del pensamiento. Todos los rincones de la geografía de este microcosmos que es Menorca, dan hueco para pensar, para buscar más allá de lo inmediato, y pensar en lo extraordinario sobre la rutina.
¿Cuáles deben ser sus retos económicos del futuro?
—Mantener las condiciones de vida actuales y la estructura económica del momento no será poca empresa. En ese sentido, creo que debe extenderse la temporada turística a todo el año sin limitaciones, y debe haber más turismo ecológico y cultural que de playa y sol… ya lo va habiendo. Es difícil encontrar un biotopo del tamaño y singularidad de Menorca, sea el oriental o el occidental.
Supongo que sigue la actualidad política relativa a Vox. En Balears se critica mucho el talante del presidente del Parlament. ¿Qué le parece?
—No estoy muy al tanto de las últimas variantes políticas en Balears, y a pesar de que ellos auspiciaron la moción de censura que defendí como candidato, no soy tampoco un especialista en Vox. Cuando esté en Menorca tal vez me informe más en detalle, y podría decir algo que pudiera tener interés. Esperemos.
¿Qué opina usted de la política en general de España?
—Estamos en fase interelectoral, ya con mucho de campaña en marcha, y con posicionamientos muy indicativos de lo que cada plataforma política pretende. Lo que está claro es que estamos ante una posible alternancia, lo más lógico en un país democrático, que deberíamos aprovechar para poner en marcha nuevas ideas y nuevos proyectos. Hay demasiado reglamentismo, y todo se quiere atar y reatar con leyes y más leyes. El progreso no está en eso. Está en la mejora de la calidad de la vida de la gente, y en la igualdad de oportunidades para los que trabajan y piensan.
Tras la moción de censura que usted encabezó en marzo, ahora hace tres meses, ¿cómo ve el país en general y Europa en particular cuando España recibe el día 1 de julio la presidencia semestral de la UE?
—La verdad es que en tan poco tiempo no han cambiado las cosas. En mi nuevo libro «Me duele España», de título original unamuniano, ya pude plantear públicamente las cuestiones de aquella moción. Seguimos con una economía aún afectada por la pandemia sin haber recuperado el PIB de 2019. Tenemos en discusión una serie de normas legislativas que podrán permanecer o cambiar con los resultados electorales. Pero en cualquier caso, insisto en la necesidad de nuevos proyectos, con más impulso a los emprendedores y a quienes aspiran a que España sea una nación de conocimientos y soluciones, más que de controversias en miniatura para no resolver nada.
El año pasado estuvo también en Menorca, ¿tanto le inspira la Isla que ha retornado hoy?
—Los historiadores de Menorca son gente muy generosa y han vuelto a invitarme. De la mano también de nuestro general Luis Alejandre, que es gran observador de toda la Isla en su evolución histórica entre Maó y Ciutadella.