Unas 300 personas han salido este sábado del punto de encuentro en la avenida Josep Maria Quadrado de Maó para sumarse a la manifestación del Orgullo 2023, pero a medida que la marcha avanzaba hacia el centro de la ciudad, a ritmo de Elton John y Lady Gaga, se iban sumando más y más participantes hasta conformar una marea multicolor que inundó la ciudad. Su objetivo: dejar claro que no van a permitir un retroceso en sus derechos.
La fiesta y la música no esconden la preocupación que el colectivo Lgtbiqa+ tiene estos días por el contexto político en el que se celebran los actos de su día internacional, temen que la llegada de Vox a las instituciones signifique una involución histórica, afirma Andrés Armengol, presidente de Diverxia Menorca, la asociación convocante de la marcha y organizadora de los actos. «Primero van contra los símbolos, no es algo anecdótico, luego viene el lenguaje y el discurso, para reducirlo todo a ideología y luego borrar a las personas, no es nuevo, es una estrategia que históricamente ya hemos visto», asegura.
Ante la amenaza que considera muy real –mirándose en el espejo de Italia, donde el Gobierno de Meloni ha ordenado a los ayuntamientos que dejen de registrar a los hijos de parejas del mismo sexo–, el presidente de Diverxia llama a «no renunciar al espacio que es de todos», la calle, y tomar conciencia de que «igual que blindan derechos, las instituciones también los quitan».
Armengol llama a «salir en masa a votar» el 23-J y desde luego la presencia política de fuerzas de izquierda ayer fue nutrida, con representantes de Més, PSOE y Podemos, entre ellos candidatos, cargos electos, la todavía presidenta del Consell, Susana Mora, y el alcalde de Maó, Héctor Pons.
Los lemas
La manifestación se ha desarrollado bajo los lemas «Nuestros derechos no son ninguna moda» y «El odio destruye» y transcurrió como es habitual de manera lúdica y tranquila. No obstante, los mensajes lanzados dejaron claro que el colectivo no se dejará arrebatar los derechos que les ha costado tantos años conquistar. «Las calles no se pueden perder nunca, contra los macarras que nos hacían bullying en la escuela, ni un paso atrás», clamaba el presidente de Diverxia, Andrés Armengol, por el megáfono. «Un discurso nunca es inocuo y siempre va contra los mismos, es el primer paso para aniquilarte», protestaba liderando la manifestación.