La cocinera Àgueda Vadell Pons, que dedicó su vida a la recuperación de la cultura gastronómica de Menorca, falleció este jueves a los 99 años. Fundadora del restaurante Ca n'Aguedet de Es Mercadal, en junio de 2010, a los 87 años fue la primera mujer que pronunció el pregón de las fiestas patronales de Sant Martí de Es Mercadal, población en la nació en 1924, con la que mantuvo una estrecha relación afectiva y de vecindad. En este pregón resumió sus vivencias en Es Mercadal y cómo habían evolucionado las fiestas de Sant Martí durante sesenta años.
En 2005 fue galardonada con el Premi Ramon Llull por el Govern balear. Su dedicación a la tradición culinaria menorquina, con la recuperación de antiguas recetas y platos populares, que incorporó a la carta de Ca n'Aguedet motivaron que el Ejecutivo autonómico le concediera esta distinción.
Crispín Vadell y Joana Pons, padres de Àgueda, era los propietarios del Bar Centro de Es Mercadal. En 1949 contrajo matrimonio con Miquel Mariano y durante tres años residieron en Barcelona. Después regresaron a Menorca. Su marido era una persona emprendedora y mejoró el céntrico bar, incorporando nuevas tapas. En la parte posterior del establecimiento estaba situado el cine de Acción Católica, que favorecía la afluencia de clientes en los fines de semana.
Al fallecer sus padres, Àgueda con su marido asumieron la gestión del bar. En 1984 decidieron venderlo porque Miquel Mariano quería poner en marcha un restaurante en Es Mercadal. Àgueda Vadell había ido descubriendo y aprendiendo las antiguas recetas y los platos tradicionales elaborados por su madre; y también de su abuela materna, Catalina Viniente, madona de Cavalleria, que preparaba un sabroso oliaigua.
Àgueda Vadell Pons atribuyó la excelente acogida que obtuvo Ca n'Aguedet a «dedicarle muchas horas, incluso hasta las 3 de la madrugada, preparando albergínies plenes. Tras el fallecimiento de su marido, en 1997, sus hijos se hicieron cargo de la gestión y dirección del restaurante, que continuó su trayectoria de platos de cocina menorquina.
«Los productos han de ser de buena calidad, pero el cocinero también ha de tener buena mano», afirmaba Agueda. Destacaba dos platos: el arròs de la terra y el puding de patata.