La comunidad de propietarios de la urbanización santlluïsera de S'Algar alza la voz contra la «invasión» de hamacas de pago en la zona de las plataformas por parte de un club de playa. Los residentes denuncian que, en esta área del Passeig Marítim, que da acceso a una zona de baño, las tumbonas y sombrillas del chiringuito dificultan, permanentemente, la «libre circulación» de los usuarios, que tienen que sortear los obstáculos para llegar a la escalera y descender hasta el mar sin estar exentos de las críticas vertidas por algunos clientes del club.
Critican el «uso abusivo» de la zona por parte del chiringuito de lujo, que ha pasado de tener unas diez hamacas a tener una veintena en primera línea de mar. «Cada vez son más grandes y aparatosas y no dejan espacio para que nos podamos ubicar, con la clara intención de apartar a los residentes de las zonas comunes», expresan desde la comunidad de propietarios de S'Algar. «Exigimos un uso justo y compartido de las instalaciones comunes, los residentes no podemos ser tratados como ciudadanos de segunda por no pagar las tarifas premium», reivindican.
Concesión de hamacas
El club de playa dispone de una concesión del servicio de hamacas en las plataformas otorgada por la Demarcación de Costas, según los propios residentes y fuentes municipales. «Pedimos a Costas que nos proteja, con esta concesión convierten una zona pública en privada», lamentan, al mismo tiempo que explican que «están desplazando a los residentes de la urbanización a las peores zonas, mientras la empresa se reserva la mejor zona de las plataformas para sus clientes».
La comunidad de propietarios ya ha trasladado su malestar a los responsables del chiringuito de lujo, vinculado a la cadena hotelera que opera en S'Algar. «Nos hablan de convivencia, pero esa convivencia se traduce en que los residentes toleremos los excesos de ruidos, que cedamos las mejores zonas de baño para la explotación comercial, que ellos tengan el acceso fácil a la escalera...», exponen, e insisten en que la situación es «inadmisible».
Cada vez que vamos a playas invadidas de tumbonas,nos ponemos con nuestras sombrillas y demás útiles de playa justo enfrente de las de pago. En primerísima línea de mar, si se respetasen un poco más las zonas no tendríamos que ir con puñeterías. Es un auténtico despropósito lo que se ve cada día...cenas o comidas para groupies en los penyassegats, filas de barcos "no contaminantes" en todas las playas, coches y motos aparcadas por doquier...turistas caminando por las calzadas cómo si estuviésen en el campo....menos mal q sólo quedan 15 días