Una paciente ha iniciado los trámites para denunciar a la doctora Nadiya Popel, por haberle prescrito dióxido de cloruro, un producto que «la Agencia Española de Medicamentos (Aemps) recomienda encarecidamente no consumir en ningún caso». Una demanda que constará ante el Ib-Salut y el Colegio Oficial de Médicos de Balears.
Los hechos han ocurrido esta misma semana. Después de acudir en primer término a la farmacia y seguir un primer tratamiento con Gine Canesten por un caso de candidiasis vaginal, la paciente acudió al servicio de Urgencias del Hospital Mateu Orfila al no remitir la infección. Allí la atendió la doctora Popel y, según narra la afectada, desde el primer momento «estaba como ida, desorientada». De hecho, tras el primer contacto, la facultativa advirtió que iba a consultar con un ginecólogo.
Que lo comprara por internet
Seguidamente se le hizo un cultivo y la doctora Popel hizo un examen visual «con el espéculo, me hizo mucho daño, no fue nada cuidadosa». Luego, señaló su diagnóstico, de candidiasis vaginal, y le recetó en primer término Canestén, es decir, clotrimazol.
La paciente expuso en reiteradas ocasiones que ya había hecho un tratamiento con este medicamento sin apreciar mejorías. Aún así, y con la doctora «desconcertada», me «dijo que cambiara la dieta» e insistió con su prescripción de Canesten «en una receta».
«Pero en otro papel apuntó un producto para que lo comprara en una herboristería, y me dijo que tomara 3 centilitros diarios de dióxido de cloro. Me dijo que lo encontraría por internet», asegura. Además, «me recomendó hacer lavados vaginales con agua oxigenada».
«Cuando fui a la farmacia y lo expliqué, la farmacéutica me dijo que ni en broma y es cuando me dirigí a mi ginecólogo particular», recuerda la menorquina.
El médico privado le cambió el tratamiento
El médico que atendió a la mujer en la Clínica Juaneda confirmó sus sospechas. «Me indicó que en ningún caso siguiera el tratamiento que me habían dado y me dio otro».
La afectada acusa a la doctora Popel de mala praxis y de recomendar productos no avalados. Tras informarse pudo saber que no hay pruebas científicas que avalen el dióxido de cloro y que la Aemps advierte de los riesgos que su uso entraña para la salud. «He iniciado los pasos para la denuncia, no podemos tener a una doctora así en nuestra sanidad, que pone en peligro a los pacientes», concluye la paciente.
El precedente de la doctora Popel
La Conselleria de Salud balear notificó en junio a la doctora Nadiya Popel, una sanción de 180.200 euros, por dos infracciones administrativas muy graves en materia de medicamentos. Por un lado, por hacer publicidad no autorizada de medicamentos a través de Telegram, que no tenían una «evidencia científica» contra la covid-19, atribuyendo propiedades terapéuticas a productos no autorizados como medicamentos. Por otro lado, la otra sanción fue por vender Ivermectina de forma fraudulenta como remedio contra la covid.
Asimismo, la Agencia Española de Medicamentos, del Ministerio de Sanidad, también denunció a la facultativa por «presunta promoción, administración y venta de medicamentos no autorizados».
El apunte
«No es seguro y no se recomienda en ginecología»
Tres médicos especialistas en ginecología coinciden al exponer en «Es Diari» lo nocivo y «contraproducente» que puede llegar a ser utilizar dióxido de cloro para tratamientos ginecológicos.
En la línea de lo que afirma la Agencia Española del Medicamento, estos facultativos indican que «no existen pruebas ni evidencias científicas, ni de la eficacia, ni de la seguridad del tratamiento con dióxido de cloro para la candidiasis vaginal», de ahí que «no es un tratamiento que se recomiende en ginecología».
De hecho, sobre el uso de esta sustancia, los especialistas incluso aseguran «desconocer cualquier uso» en ginecología, lo que daría peso al motivo de la denuncia, por haber prescrito la doctora Popel un producto no avalado ni científicamente probado.
Estas fuentes médicas apuntan que la candidiasis crónica «a veces es muy complicada de tratar y no siempre responde con un tratamiento estándard». De hecho, «se trata de manera muy individualizada y muchas veces son necesarios varios tratamientos» para lograr una mejoría.
«Hay muchos tratamientos que tienen probada su seguridad, por eso me ceñiría siempre a uno de ellos, antes que a uno del que no tengo pruebas científicas», añade un especialista, que desaprueba la prescripción de dióxido de cloro.
No al agua oxigenada
En cuanto a los lavados con agua oxigenada que la doctora Popel recomendó por las noches a la paciente, tampoco es nada recomendable. «Los lavados vaginales no deben hacerse nunca con agua oxigenada, salvo circunstancias muy concretas, por una intervención o algo muy concreto», asevera el ginecólogo consultado.
Esto tiene una explicación muy clara, según los expertos. «La vagina tiene un maravilloso microbioma que nos ayuda en muchas cosas, y cualquier lavado vaginal, sobre todo si tiene productos agresivos o antisépticos, puede destrozar el ecosistema que nos defiende y producir el efecto contrario, aumentar el riesgo de problemas e infecciones», concluye el especialista.