La reciente fiesta privada de la directora insular responsable del Llatzeret de Maó ha sido noticia en medios nacionales como lo fue, doce años atrás, en 2011, la estancia de la entonces ministra de Sanidad, Leire Pajín. La política socialista pasó sus vacaciones allí en compañía de su familia y abonó 500 euros por 15 días a pensión completa, aprovechando que el islote del puerto de Maó era por aquel entonces de disfrute exclusivo para los funcionarios y altos cargos del Ministerio que dirigía.
El de 2011 fue, de hecho, el último verano que el Llatzeret tuvo el uso de residencia: el chollo era tan grande que hasta había lista de espera entre los funcionarios de la capital. De hecho, cada mes de abril se realizaba un sorteo para repartir las habitaciones disponibles entre los trabajadores y jubilados del departamento que quisieran veranear allí. En la actualidad se mantiene un régimen similar en instalaciones del Ministerio de Defensa en Menorca.
El escándalo con las vacaciones de la ministra llegó al Congreso, donde el PP en la oposición le exigió todo tipo de explicaciones. Apenas tres meses antes, Leire Pajín se había comprometido ante las autoridades menorquinas a abrir el islote del puerto de Maó a las visitas públicas, en su calidad de Bien de Interés Cultural.
Tres años después de aquellos hechos, en 2014, se formalizó la cesión de las instalaciones del Llatzeret a la Comunidad Autónoma y esta, en 2015, se lo traspasó al Consell de Menorca. Desde entonces, la institución insular ha aprobado un Plan de Usos y tiene pendiente la cesión de sus inmuebles principales a una empresa privada para su reforma y posterior explotación turística.