El doctor Fernando Osuna Albertí, que ejerció su vocación y profesión en el Ejército, ha fallecido en Maó a los 95 años.
Tras concluir la formación universitaria en Medicina, en julio de 1957 ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza como caballero cadete de Sanidad Militar. En junio del año siguiente ascendió a teniente de sanidad militar y fue destinado al Grupo de Regulares de Melilla 52.
En junio de 1961 asciende a capitán y viene a Menorca, tras ser destinado al Regimiento de Infantería Mahón 46, en el Cuartel de Santiago.
El doctor Osuna Albertí prosigue su carrera militar y en octubre de 1973 asciende a comandante, ejerciendo en el mismo destino de Menorca. En enero de 1983 asciende a teniente coronel y entonces es destinado al Grupo Regional de Sanidad Militar de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife, asumiendo el mando hasta su pase a la situación de excedencia voluntaria. El general Luis Alejandre explica que Francisco, hermano de Fernando, ingresó en la Academia de Artillería y también siguió la carrera de armas.
«Era el médico del Regimiento de Infantería, pero ejercía como médico de familia de prácticamente toda la guarnición; entonces con muchos nacimientos y madres muy jóvenes. Actuaba con eficacia y buen ojo clínico. No solo atendía problemas médicos, sino también psicológicos y familiares. Si te decía ‘este soldado necesita irse una semana a Valencia' no dudabas en que por algo lo hacía. Para una unidad milita, un médico así es una fortuna», destaca Luis Alejandre Sintes.
Contrajo matrimonio con María Cerezo Mir y fueron padres de cinco hijos: Maru, María José, Fernando, Ignacio y Marta. Con numerosas amistades, persona de firmes convicciones católicas, tras la jubilación se dedicó a la familia. Ha sido ejemplar el cariño con el que ha cuidado a su esposa.