Los tres arrastreros con base en el puerto de Ciutadella alcanzarán sus cupos de días de faena en las próximas semanas. Finalmente, todas ellas habrán podido pescar más días de los inicialmente fijados, desde que se instauraran las restricciones europeas para esta modalidad pesquera. Eso es, gracias a los reajustes por los llamados días de optimización, a mediados del verano.
Según exponía el presidente de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, Xavier Marquès, este reajuste es a cuenta de los días no utilizados por el conjunto de la flota, ya sea porque hay embarcaciones que no salieron a pescar todos los días que podían hacerlo, porque se dieron de baja u otras causas. Es eso lo que permitirá que las tres barques del bou prolonguen algo más de lo previsto sus respectivas temporadas de pesca.
En el caso de «La Vicenta», tiene previsto cesar su actividad a finales de octubre; la «Valldemossa» se hará a la mar hasta mediados de noviembre; y la «Rosa Santa Primera» será la que más alargará el curso, ya que completará su cupo a finales de año, según confirmaba su armador, Josep Caules.
El empresario de Ciutadella señalaba que el recuento de días les ha sido favorable, lo que permitirá seguir pescando, más o menos, como el año pasado, cuando su barco entró en varada técnica después de Reyes. Y luego, de igual modo que en el presente ejercicio, confían reiniciar la actividad tras cinco semanas de parón, es decir, en febrero, periodo que aprovecharán para realizar tareas de mantenimiento a bordo.
Para Xavier Marquès, el reparto de días que se hace a mitad de verano ayuda a completar el calendario inicial. En el caso de «La Vicenta», «empezó con 135 días y al final podrá trabajar 160», lo cual ayuda a reducir el periodo de inactividad del personal.
Un sector difícil
Alargar la temporada es fundamental para un sector que, ya de por sí, tiene dificultades para subsistir. Lo cree Josep Caules, para quien «ya se pierden suficientes días por culpa del mal tiempo, cuanto más por estas restricciones; así es muy difícil mantener al personal en plantilla», asegura. Por eso, el aumento de fechas ha sido un alivio para los armadores, los cuales, por otro lado, mantienen como otra de sus grandes luchas la falta de relevo generacional. Y es que la pesca profesional es muy vocacional y, de vocaciones, en la actualidad, hay mucha escasez, lamentan desde el sector.