En plena crisis de acceso a la vivienda, las inmobiliarias menorquinas acumulan una gran cantidad de oferta de terrenos urbanizables para la construcción de casas unifamiliares, la tipología que en los últimos años ha reinado en el sector menorquín de la construcción. La escasez de pisos accesibles para el común de la población contrasta con la cantidad de suelo vacante para chalés. Una búsqueda en los portales de las principales inmobiliarias muestra anuncios de parcelas con parámetros urbanísticos que permiten la edificación de más de medio millar de viviendas aisladas.
Solo la empresa Bonnin Sanso cuenta con más de 300 referencias de terrenos edificables y la inmensa mayoría son parcelas para la autopromoción de chalets. Algunos de esos anuncios no son de una sola parcela, sino que ofertan suelo con capacidad para construir hasta 120 chalets, sobre todo en la zona del norte de Es Mercadal, donde el desarrollo de urbanizaciones como Coves Noves y Son Parc ofrecen espacio de sobras para los inversores en este tipo de viviendas dedicadas principalmente al disfrute vacacional.
Dos terceras partes de las parcelas vacantes para unifamiliares a la venta se ubican en esas dos urbanizaciones de Es Mercadal, donde habría que sumar al recuento los 50 chalés que Neinor ya está construyendo en Son Parc y la parcela para 61 chalés que acaba de poner a la venta la sociedad CSI Real Estate en las inmediaciones del campo de golf. La oferta insular de suelo para unifamiliares se verá aumentada considerablemente si prospera la reactivada tramitación del desarrollo de 199 nuevas viviendas en Cap d'en Font y Binissafúller Platja (Sant Lluís).
En los últimos años el ritmo de construcción de nuevos chalés ha sido muy considerable. Las estadísticas del Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Menorca muestran como de 2017 a 2022, se han visado en la isla proyectos de nueva construcción para 646 viviendas unifamiliares. Pero ese ritmo se está ralentizando en 2023.
Tanto el presidente del colegio oficial, Miguel Ángel Sicilia, como el director comercial de Bonnin Sanso, José Pons, apuntan a los mismos factores para explicar este descenso en el ritmo de construcción de chalés: básicamente, el aumento de los costes de construcción, la escasez de mano de obra disponible, las largas tramitaciones para obtener licencia y el endurecimiento de las condiciones para la financiación de proyectos. Los inversores de fuera de la Isla, que han copado gran parte del mercado, ven como construir en Menorca es lento y cuesta alrededor de un 30 por ciento más que en la Península.
carlosLa presunta es: ¿que es ecología y/o ecologismo?. A mi me da la impresión que en el tema del agua el problema está más en la gestión que en la demanda pero hay quien no ve más allá de las piscinas sobretodo los autoproclamados ecologistas. Después una reflexión sería: acabando con el turismo como pretenden algunos el problema del habitacional desaparecería porque la gente dejaría Menorca atrás en busca de trabajo. ¿Es eso lo que queremos?.