La borrasca «Ciarán» ha puesto en evidencia los problemas de saturación que está sufriendo la ruta de Obligación de Servicio Público (OSP) entre Menorca y Madrid. El lleno total que están registrando los aviones en la primera semana de operación han hecho que Iberia se quede sin alternativas que ofrecer a sus clientes en el caso de que se cancelen vuelos, lo que llevó este viernes a la compañía a tener que enviar un avión a la Isla para no dejar tirados a los cien pasajeros del primer vuelo de la mañana en dirección a la capital.
La cancelación fue consecuencia de la que se había producido por causas meteorológicas en el último vuelo del jueves con salida desde Madrid, que pernocta en la Isla para cubrir el primer enlace del día siguiente. El avión no estaba y evidentemente no podía cubrir la frecuencia matutina. El enfado era mayúsculo entre los pasajeros porque mientras Iberia sí avisó a los clientes de la cancelación del vuelo del jueves por la noche con horas de antelación, ellos no recibieron ningún aviso y se presentaron en el aeropuerto a las seis de la mañana.
Después de varias horas de confusión, protestas y reclamaciones, finalmente la compañía decidió desplazar un avión extra desde Madrid para rescatar a los pasajeros a los que sin previo aviso, y sin que se tratara de un imprevisto, había dejado colgados en el Aeropuerto de Menorca. Los pasajeros partieron sobre las 13.45 horas, casi a la misma hora que el vuelo que ya estaba programado a la capital con todos los billetes vendidos.
La situación de saturación sigue empeorando a medida que avanzan los días. Ayer ya era imposible encontrar un vuelo directo libre a la capital hasta el próximo miércoles, día en que ya solo hay plazas en una de las dos frecuencias programadas, al igual que el jueves. El viernes 10 también están todos los billetes vendidos, lo que evidencia que Iberia está registrando ocupaciones altísimas en los primeros compases del periodo de OSP.