La empresa quesera La Payesa dejará de comprar leche a los proveedores de las fincas ganaderas menorquinas el próximo 31 de diciembre. Ocho payeses, que entregan a la quesera tres millones de litros al año, deben buscar ahora una salida para su producción de leche en el breve plazo de un mes.
La explicación que da el gerente de La Payesa, Pere Pons Petrus, es que se trata de «una decisión empresarial familiar» y que no implica el cierre del negocio, «la empresa sigue viva», asegura, ya que tiene stock para seguir vendiendo queso durante los próximos 14 o 15 meses (uno de sus producto es el queso añejo), lo que se detendrá será la fabricación. «Dejaremos pasar unos meses y en ese tiempo pensaremos qué hacer», un cambio de rumbo, tal vez, pero aún no está decidido.
El anuncio de La Payesa supone un golpe, otro más, al campo menorquín y más concretamente al sector lechero de la Isla. Se suma a la decisión que tomó hace algo más de un año Coinga de cerrar la planta envasadora y dejar de producir leche UHT, alegando que ya no era rentable, y solo comercializa leche fresca.
La Payesa es una firma familiar con 75 años de historia, radicada en Alaior y que se encuentra en su tercera generación de empresarios queseros, un negocio que empezaron como maduradores para pasar más tarde a la fabricación. Actualmente, trabaja con grupos de distribución y supermercados que demandan un gran volumen de queso para sus marcas blancas.
La empresa, cuyo nombre oficial es Explotaciones Pons Marín S.L. se fundó en Alaior a finales de los años 40, de la mano de Miguel Pons Marín. El negocio, que empezó con la producción artesana de queso, fue creciendo en los años 50, cuando construyeron su primer almacén en la zona de Es Banyer. En los años 60 empezaron la exportación de queso, con los primeros envíos a Mallorca de tanto de queso como de otros productos relacionados con el campo.
El salto hacia una producción más industrial se completó a mediados de los años 80, con la construcción de su nave en el polígono de La Trotxa de Alaior y la adquisición de maquinaria puntera en el sector. En la actualidad, La Payesa es una de las mayores queserías menorquinas. Produce cada año unas 300 toneladas de queso y da empleo directo a unas 20 personas.
LA HORA DE LA VERDAD En el año de 1980 el ayuntamiento de Mahon y el Consell Insular de Menorca dieron el primer golpe al sector ganadero conjuntamente a sus industrias cárnicas, a la vez de encarecer la producción lactea, al negarse a autorizar la llegada de los insumos (cereales, harinas, subproductos, forrajes fertilizantes etc. en primera escala, es decir comprar a los mismos proveedores y a los mismos precios que pagan los ganaderos de la Península y de toda Europa. Seguidamente a esta prohibicion de poder situar en Menorca los insumos a precios de origen, (a un coste inferior a un 50/60% más baratos), vino la expulsión de los industriales cárnicos de los mataderos frigoríficos municipales, los cuales se hacian cargo de los gastos de los mataderos y aprovechaban todas las partes del ganado sacrificado y comprando una gran cantidad de animales. Se creó la cooperativa cárnica Sa Roqueta y se dio la gestión de los Mataderos a una sociedad de matarifes y a un consecionario. Sector cárnico no tuvo más remedio que comprar las carnes, embutidos etc. a la península y así ahora importamos más de 8.000 toneladas. Esta actuación política también trajo como consecuencia que los Llocs y granjas de engorde de ganado de abasto y de aviar tuvieron que cerrar y dejar de engordar sus animales y por tanto perder un 50% de su actividad productiva y comercial, situación que conllevó también un mayor coste en la producción lactea, quesera y de cuajada y así fueron cerrando paulativamente llocs, granjas de aviar y cunicultura, una consecuencia de ello fue el abandono de la Kraft Foods. De 800 llocs y granjas hoy apenas quedan un centenar, el cierre de la envasadora de leche. En 1990 hubo otra petición de poder importar directamente los insumos el Consell siendo presidente Alberto Moragues dio el primer paso para autorizarlo, fue el Ayuntamiento de Mahón siendo alcalde Borja Carreras el que negó frontalmente esta iniciativa empresarial, defendida por Carlos Carretero Niembro y avalada por más de 160 personas empresas de toda la isla. Con ello, ante tamaños de desastres los industriales cárnicos mantenieron reuniones (1980-1996) con las Autoridades entre ellas Ramon Orfila, Orell, Tuni Alles, Barcelo, Huguet etc. a las cuales se les informo de las consecuencias qué se estaban produciendo, de nada sirvieron las observaciones expuestas y así llegamos a la situación actual de total ruina de los mataderos y sus industrias, y comercios etc. En estos momentos y ante la zozobra existente desde la Conselleria de Agricultura y Pesca del Govern Balear se anuncia un Plan Estratégico para la ganadería, en cuyo Plan se sigue olvidando la compra en primera escala de los insumos (cereales, harinas, subproductos, forrajes, fertilizantes etc.) y de la existtencia del sector cárnico (hasta el punto de no existir), cuando es son los pilares fundamentales para la correcta recuperación del mundo ganadero y sus industrias, puesto que representan más de un 50% de la actividad productiva y comercial de los llocs y granjas, cebadores y de sus industrias etc. Y por tanto su existencia. . Ahora existiendo otra petición desde 2021 ante el Ayuntamiento de Mahón y el Consell Insular de Menorca para poder importar los insumos en primera escala y también la necesidad de devolver a todos los profesionales la gestión del mundo ganadero, mataderos e industrias y asi poder resolver las principales causas que han situado a nuestra principal y milenaria actividad ganadera y alimentaria, al borde de su desaparición. Esperemos que lo expuesto en este escrito sirva para que después de 43 años se ponga fin a cuanto a ocurrido. Y se pueda crear un nuevo horizonte, teniendo en cuenta que en estos 43 años pasados del sector a dejado de facturar más de 100 millones de euros al año (27.000 millones de pesetas).