El presidente de PIME Menorca, Justo Saura, asegura que desde un punto de vista económico, la valoración de los treinta años de la Reserva de Biosfera de Menorca no es del todo satisfactoria, puesto que, a su parecer, ha faltado diálogo con los agentes económicos y se ha restringido en exceso la actividad empresarial. «Nuestro punto de vista como empresarios es que desde que se produjo la declaración, no hemos sabido gestionar los aspectos económicos», enfatiza.
Saura también cree que la asignatura pendiente de la Reserva es, precisamente, hacer compatible la declaración de hace treinta años con el desarrollo económico. «Tenemos que mirar por el futuro de nuestros hijos y nietos, pero nosotros también tenemos que vivir. Yo creo que no hemos sabido compaginar suficientemente bien la naturaleza con la economía, y este es un punto débil que tenemos que solucionar». En este sentido, Saura pide más participación del sector empresarial en la gestión de la Reserva y afirma que «la economía no se tiene que ver como un monstruo y no puede ir separada de la gestión». «La marca Reserva de Biosfera es positiva, pero no la sabemos aprovechar para vivir mejor», concluye.