En una situación límite en la que una mujer desprotegida esté a punto de ser atacada por un agresor, un simple bolígrafo y un coletero se pueden convertir en sus dos grandes herramientas de defensa personal. Un experto en la materia como José Antonio Nieto ‘Primo', delegado de defensa personal femenina en Balears, subcampeón mundial de sambo (deporte de combate de origen soviético) y cinturón negro en un total de doce disciplinas, sabe cuál es el método para utilizar estos dos elementos en este tipo de situaciones.
El próximo sábado 9, en horario de 10 a 14 horas, el polideportivo de Ciutadella acogerá el curso de defensa personal femenina gratuito que imparte ‘Primo' junto a Diego Salinas y el resto de su equipo, quienes llegan a la Isla gracias a la invitación del Sindicato Unificado de Policía de Balears y el Ayuntamiento de Ciutadella.
Una forma de ayudar
La cada vez más creciente visibilidad que recibe la problemática de la violencia de género gracias al testimonio de aquellas que han sido víctimas y la consecuente concienciación que genera en la sociedad ha disparado la demanda de cursos de defensa personal.
En su trabajo como responsable de seguridad en los juzgados de Palma, ‘Primo' está cansado de ver cómo los casos de violencia de género aparecen cada vez con más frecuencia a una edad más temprana. «Lo que más me asombra es que chicas jóvenes de tan solo 19 o 20 años vengan hasta los juzgados porque han sido víctimas de maltrato», asegura el instructor. A raíz de ello, tiene ganas de enseñar a las mujeres las nociones básicas de defensa para que estas «confíen» más en ellas y puedan defenderse de una posible agresión en cualquier momento de su vida.
«Un boli y un coletero son dos cosas que normalmente tienen a mano y que no están vistas como un arma, por lo que el agresor no se pondría en alerta, que es lo más peligroso. En cambio, un spray anti agresión sí que puede ser perjudicial porque pone en alerta al agresor y este sería capaz de utilizarlo contra ella», explica un convencido ‘Primo'.
El apunte
Superar los fantasmas del pasado, el gran reto de los cursos
La gran afluencia de mujeres que participan en los cursos, que se sitúa entre las 100 y las 200 por jornada, también deja anécdotas que recuerdan un pasado doloroso. «Estaba enseñando una técnica para defendese cuando te enganchan del cuello y una mujer salió corriendo al baño a llorar. Cuando salió, me explicó que le había recordado a cuando su marido la cogía del cuello», explica un apenado ‘Primo’ que intenta enseñar, ayudar y hacer pasar un rato agradable durante sus cursos. «Ver que han disfrutado y que les ha servido nos llena de satisfacción», afirma.