Un grupo de artistas de la Isla, pintores, escritores, cantantes, músicos y gestores culturales publican una carta en este diario para reclamar el derecho a contemplar las estrellas, algo cada vez más complicado, indican.
Estiman que Menorca puede mitigar este exceso de luz en rotondas, aparcamientos, zonas industriales o en el Aeropuerto cuyo fulgor «nos impide la visión clara y nítida del cielo estrellado». Recuerdan que la declaración de la Isla como destino Starlight «nos obliga», porque la observación estelar puede ser un gran atractivo turístico fuera de la temporada estival.
Es la consecuencia de iluminación «ostentosa de la noche, como si de un enorme árbol de Navidad se tratará», denuncian destacados miembros de la cultura insular como el barítono Joan Pons, el pintor Matías Quetglas o la soprano, Maria Camps, entre otros.
Recuerdan la trascendencia de la astronomía en la ciencia, la religión o la filosofía para la concepción del cosmos, y sus aplicaciones.
La contaminación lumínica, especialmente, junto a la polución atmosférica impiden la contemplación del firmamento. Relatan, además, que esta curiosidad la hemos menospreciado ante la contemplación del mundo virtual en las pantallas. «Ignoramos nuestra profunda conexión con el universo», escriben, «que da sentido a nuestra existencia».
Consideran irresponsable el aumento de esta contaminación lumínica que tiene efectos negativos sobre el ritmo circadiano de la naturaleza. Hacen referencia a la reducción de insectos en un 75 %, atrapados en agónicos focos de luz o la mortalidad de los pájaros migratorios, desorientados por tanta luz.
HolaQue disparate. Apagar las luces y poner policías. Así nos va...