En 2019 la promotora Metrovacesa presentó en el Ayuntamiento de Maó el estudio de detalle para el desarrollo de una aldea turística de 28 viviendas aisladas en Cala Llonga, concretamente en el terreno donde se empezó a levantar un complejo residencial que fue paralizado por irregular y derribado en 2015. El documento todavía no ha sido aprobado de forma definitiva y por este motivo, cinco años después, la empresa ha optado por una vía legal muy poco habitual: solicitar al Consell que se subrogue la competencia para tramitarlo. El expediente por parte de la institución insular ya está en marcha tras su aprobación en el Consejo Ejecutivo de la institución insular del pasado 25 de marzo.
Así las cosas, el Consell otorgará ahora al Ayuntamiento de Maó un plazo de dos meses para que «ejerza sus competencias» y avance con el estudio de detalle de Metrovacesa. Si esto no sucede, se subrogará el trámite, es decir, se hará cargo de la tarea, y deberá aprobarlo la institución insular. De momento la cuenta atrás de dos meses no se ha iniciado porque la notificación todavía no ha llegado al Consistorio.
Metrovacesa ha optado por esta vía ante la «opacidad» del Consistorio mahonés a la hora de avanzar con el estudio de detalle, lo que impide a la promotora avanzar con su proyecto de 28 viviendas en Cala Llonga, por el que mantiene intacto su interés. Según el arquitecto Miguel J. Robertson, responsable del proyecto, nada tiene que ver esta demora en el trámite del documento con el impedimento de conceder licencias de obra nueva en Cala Llonga por la falta de alcantarillado, ya que la empresa prevé disponer de un sistema propio de tratamiento de las aguas residuales. Así lo confirman también desde el Ayuntamiento de Maó. Desde la promotora lamentan que no hayan obtenido una respuesta positiva por parte del equipo de gobierno municipal en todo este tiempo a pesar de los contactos mantenidos.
Reuniones y revisión de deficiencias
Por parte del Ayuntamiento de Maó, la teniente de Alcaldía de Urbanismo,Dolors Antonio, comenta que el estudio de detalle de Metrovacesa no ha permanecido cerrado en un cajón estos cinco años, sino que se han mantenido muchas reuniones con la propiedad y se han requerido diversas subsanaciones de deficiencias, entre otras cuestiones, lo que ha impedido su aprobación definitiva. En 2021 el documentó se aprobó de forma inicial. No obstante, reconoce la concejal que las últimas cuestiones planteadas por la promotora no han sido analizadas por el Consistorio. Antonio recuerda que, en última instancia y en puridad, la competencia de aprobar los estudios de detalle es del Consell.
Desde el Ayuntamiento de Maó admiten que la petición de subrogación de atribuciones al Consell por parte de un promotor es un recurso muy poco habitual, algo que ratifican fuentes de la institución insular. No se conocen precedentes más o menos cercanos. Antonio matiza, no obstante, que esto es así, en parte, porque se tramitan muy pocos estudios de detalle cada año.
Dos casos
Pero por este motivo sorprende todavía más que, en el mismo Consejo Ejecutivo del 25 de marzo, el Consell aprobara el inicio de otro expediente de subrogación de la competencia del Ayuntamiento de Maó para la tramitación de un estudio de detalle, en este caso solicitado por un particular en un terreno del casco urbano. El procedimiento es el mismo: plazo de dos meses y, en caso de no realizarse, el Consell se queda el expediente.
El apunte
Una iniciativa sostenible en un solar con historia
Metrovacesa, uno de los grandes nombres de la promoción inmobiliaria en España, inició en el verano de 2019 los trámites para acometer un proyecto de envergadura en S’Altra Banda del puerto de Maó. Su objetivo era entonces, y continúa siendo, aprovechar el terreno que quedó libre con la demolición del esqueleto de un antiguo proyecto declarado ilegal en Cala Llonga, para construir 28 viviendas unifamiliares aisladas con piscina que, a decir de la promotora, destacan por su carácter sostenible. El proyecto fue presentado, unos pocos meses después, en la feria Barcelona Meeting Point. El ahorro energético, la reutilización del agua depurada y la jardinería autóctona son solo algunas de sus banderas.
Hace casi veinte años, en noviembre de 2004, el Ayuntamiento de Maó concedió la licencia para edificar una aldea turística, con 38 viviendas, en Cala Llonga. Los parámetros del permiso se incumplieron por lo que se paralizaron las obras en 2007. En mayo de 2014 se dictó una orden de demolición del edificio, que se ejecutó entre 2015 y 2016, por parte del BBVA, entonces propietario.