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Los vecinos de Punta Grossa se quedan sin la única vía de acceso a sus barcas

Los amarristas denuncian la construcción de una pared en un camino que consideran público

La nueva pared levantada que impide el paso a los amarres.

| Es Mercadal |

Los amarristas de Punta Grossa siempre han hecho uso del mismo camino para alcanzar la zona donde permanecen amarradas sus barcas. La utilización de esta área fue autorizada en su momento por Costas. Siendo una zona de difícil acceso desde la playa, los cerca de 20 amarristas emplean el sendero que discurre por la costa para llegar más fácilmente hasta el lugar.

Sin embargo, los nuevos propietarios de una de las parcelas colindantes colocaron en 2022 una pared en medio del camino que impide llegar hasta las barcas. ¿El motivo? Consideran que ese trozo pertenece a su parcela y que, por tanto, es privado.

Accesibilidad

El acceso desde la playa de Arenal d'en Castell sería factible si no fuese por el hecho de que, según la Asociación de Propietarios de Punta Grossa I, se tiene que hacer «prácticamente nadando porque está complicado pasar por las rocas».

Así pues, existen dos vías para alcanzar esta zona y todas parten desde la avenida de sa Perdiu. Una sería desde la calle s'Ul·lera, donde comienza el sendero, y la otra sería desde la primera desviación de la calle Merlera, donde se inicia otro camino que conecta con el sendero principal que nace en s'Ul·lera. No obstante, la primera parte de este último camino ya fue incoporado por la antigua propietaria y los actuales dueños quieren completar la adquisición del último tramo.

La paralela Mussol, inmediatamente anterior, es una vía sin salida, y los otros dos desvíos de la calle Merlera dan a parar a una propiedad privada. Por lo tanto, s'Ul·lera era la única opción posible hasta que los nuevos poseedores de la parcela limítrofe han levantado una pared que bloquea por completo el paso.

Cenizas del Pla Mirall

Entre los argumentos para defender el carácter público del camino de la calle s'Ul·lera, los vecinos sostienen que en el plano sobre el que se diseñó la parcelación de la urbanización en la década de los 70, este aparecía marcado. Sin embargo, nunca se desarrolló este tramo.

Lo mismo ocurre con el Pla Mirall ideado en el cambio de milenio. La mayor parte de las obras fue ejecutada, aunque jamás se acabó de completar el vial en el que se encuentra el camino de s'Ul·lera.    «Si se hubiese hecho, una parte del camino sería público porque la calle gira hacia la derecha y no va directamente hacia la zona de las barcas», explica el alcalde de Es Mercadal, Joan Palliser. «No sabemos por qué motivo no se acabó de desarrollar este vial», asegura.

La corporación municipal, con el primer edil a la cabeza, ha hablado en numerosas ocasiones con los vecinos afectados in situ junto a la regidora de Urbanismo, Helena Vílchez, o el regidor de Zonas Turísticas, Tóbal Pons. No obstante, la Asociación de Propietarios de Punta Grossa    I afirma que jamás han recibido una contestación por escrito a los requerimientos que han presentado en los últimos meses solicitando una copia de las licencias municipales para la agrupación de parcelas afectadas y la suspensión de las obras de la pared en el camino.

El apunte

El Ayuntamiento entiende que el sendero es de titularidad privada

«El camino de s’Ul·lera no es un camino tradicional ni ha tenido derecho de paso históricamente. Surgió a raíz de la zona de las barcas, pero no ha existido toda la vida», justifica el alcalde Joan Palliser para explicar la no inclusión del camino de s’Ul·lera en el el catálogo municipal.

«Si figura en el registro de la propiedad, entonces pertenece a la parcela», asegura. Esta sería la baza a favor de los vecinos, que cuentan con registros notariales que demostrarían que, pese a estar registrado en el catastro, el camino no aparece en el registro de propiedad.

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