El pleno del Ayuntamiento de Es Mercadal tenía previsto aprobar este miércoles por la tarde el inicio de los trámites para llevar a cabo la licitación de la primera fase de las obras de dotación de saneamiento en la urbanización de Punta Grossa I, así como la delegación en el alcalde de todas las decisiones que se deban adoptar al respecto con el objetivo de agilizar al máximo su adjudicación.
Este es uno de los dos grandes proyectos que debe afrontar el Consistorio para lograr que todo su término municipal cuente con red de alcantarillado, requisito legal para poder dar licencias de obra nueva en cada núcleo residencial.
El proyecto de saneamiento de Punta Grossa I, ahora en exposición pública, asciende a 4,8 millones de euros. La primera fase se licita ahora por algo más de dos millones de euros y el tiempo es un factor fundamental para su financiación.
El Ayuntamiento de Es Mercadal tiene concedida una ayuda de 2,1 millones de euros a través de fondos europeos y para no perderla hay que tener ejecutado el 30 por ciento de la obra en cuestión a finales de este año. «Hay tiempo pero no vamos sobrados, sobre todo si hay alguna incidencia», explicaba ayer la concejala de Urbanismo, Helena Vilchez. Cualquier contratiempo, como que la licitación quede desierta, sería un problema serio.
Obras en septiembre
La exposición pública del proyecto finaliza en un par de semanas. Entonces se podrá iniciar la licitación de la obra. Vilchez calcula que a mediados de junio. La idea del Consistorio es que las obras arranquen en septiembre para poder atender las exigencias de la Unión Europea en cuanto a la ayuda.
En paralelo se trabajará para obtener también fuentes externas de financiación para la segunda fase del proyecto de dotación de infraestructuras en Punta Grossa I, con la idea de que los vecinos no tengan que aportar dinero mediante contribuciones especiales. Actualmente hay una red de alcantarillado que se ha quedado obsoleta.
El otro núcleo sin saneamiento que queda en Es Mercadal es Na Macaret, con un proyecto muy antiguo y de alta complejidad. Vilchez apunta además la necesidad de revisar las redes de agua de urbanizaciones como Addaia o Ses Salines, ya que en algunos puntos las pérdidas en el suministro llegan a superar el 60 por ciento del caudal.