Con el objetivo de «analizar cómo la farmacia hospitalaria puede humanizarse mediante el uso adecuado de la tecnología», se celebraron en Menorca las VIII Jornadas Farupeib. Bajo el título «Humanización versus tecnología», participaron más de 130 profesionales, que debatieron acerca de cómo aprovechar los avances tecnológicos para mejorar la atención al paciente, sin perder de vista la humanidad.
Farupeib (Farmacéuticos Unidades de Pacientes Externos de las Illes Balears) organizó estas jornadas en el Llatzeret. Empezaron con una mesa redonda para abordar el modo de encajar humanismo y tecnología, planteando tres retos. El primero, referente a la privacidad y la seguridad de los datos médicos; el segundo, sobre la humanización del cuidado médico; y por último, con relación a la accesibilidad y la equidad en la atención sanitaria. En este sentido, el doctor Aníbal M. Astobiza, afirmó que «el humanismo tecnológico no es un oximoron. El humanismo y la tecnología mejoran la salud».
Drones
En las jornadas se habló de innovación farmacoterapéutica en VIH, enfermedades inmunomediadas y oncohematología, para conocer los últimos avances y compartir experiencias sobre el manejo de estas patologías.
Por otro lado, hubo una demostración sobre el uso de drones en salud, un ámbito en el que la tecnología está cambiando rápidamente el panorama de la salud. Así, se discutió sobre la utilización de drones, de antecedentes, de normativa y de posibles aplicaciones futuras, para el transporte de desfibriladores, medicamentos, órganos para trasplantes e, incluso, proyectos de ambulancias aéreas para el traslado de heridos. Unas cuestiones que abordaron con la presencia de Ernest Artigas y Lluc García como expertos.
Una cuestión relevante que se abordó fue sobre la importancia de la digitalización, teniendo en cuenta que el 30 por ciento de los nuevos datos generados a nivel mundial, tienen que ver con el campo de la medicina. En este sentido, la gestión y la protección de datos clínicos fue debatido en el Llatzeret, con las amenazas crecientes que suponen las brechas de seguridad, los ataques de phishing e internos, o el ransomware.