En la reforma y mejora de la carretera general se han invertido más de 50 millones de euros desde que en 2010 se inició el gran proyecto de la variante de Ferreries y se continuó con los tramos Ciutadella-Ferreries y Maó-Alaior.
Un total de 23 kilómetros de trazado y catorce años para ejecutar una obras que están inconclusas y que necesitan otra inyección de dinero de 66 millones que el Consell ha solicitado al Ministerio de Transportes para poder finalizar todas las mejoras previstas.
La petición de financiación al Gobierno central no ha obtenido respuesta por el momento, pero es previsible que, como ha ocurrido en Mallorca, el Ministerio alegue que la financiación debe obtenerse directamente del factor de insularidad, dotado con 110 millones anuales para todas las Balears, cuando las necesidades de inversión en la carretera de Menorca ya superan la mitad de ese montante o las de Mallorca se cifran en 230 millones.
Mientras el dinero del Gobierno central no llega, el Consell utilizará sus ahorros y recurrirá al remanente de tesorería de 46,3 millones con el que se cerró la liquidación del último ejercicio para poder financiar esta y otras obras.
Por su parte, la Conselleria balear de Hacienda insiste en que los recursos extraordinarios del factor de insularidad deben ser un complemento a los convenios y no sustituirlos. «Esta es una preocupación compartida por los diversos consells afectados, que necesitan adaptar de forma adecuada y urgente sus infraestructuras a las necesidades reales de sus islas», explica el vicepresidente Antoni Costa en la carta enviada a la ministra Montero solicitando un encuentro urgente.