La economía balear ha crecido un 3 por ciento durante el primer trimestre del año en comparación al mismo periodo de 2023, lo que ha superado las expectativas de la patronal CAEB. No obstante, Menorca invierte esta tendencia y es la única isla que, en vez de mejorar sus datos, los ha empeorado respecto al trimestre anterior.
Hasta el mes de marzo de este año, la tasa de crecimiento interanual en Menorca se sitúa en el 1,3 por ciento, cinco décimas menos que en diciembre y muy lejos de los registros de Eivissa y Formentera, que aprovechan el impulso del sector servicios y la construcción para escalar hasta el 3,6 por ciento. Mallorca, por su parte, también evoluciona al alza y se sitúa en un crecimiento del 3 por ciento.
El informe 'Evolución Económica' de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB) concluye que el archipiélago «supera de nuevo las expectativas» en un contexto internacional donde los riesgos siguen vigentes debido a la inestabilidad geopolítica.
Un verano récord en Balears
Este crecimiento se atribuye a la fortaleza del mercado de trabajo y a la configuración de una etapa de relajación monetaria con una reducción de los tipos de interés que, según afirman, es inminente a raíz de los avances en el proceso de control de la inflación.
CAEB estima que Balears afronta el verano «con el objetivo de capitalizar una temporada turística previsiblemente de récord» en la que se recupere la capacidad de gasto de familias y empresas.
Evolución por sectores
Con respecto a la oferta, todos los sectores de actividad crecieron en Balears, siendo el de servicios el que logró liderar el final de la campaña de Navidad durante enero y, posteriormente, haciendo un buen balance a finales de marzo gracias a la Semana Santa, por lo que se logró una subida del 3,1 por ciento.
Seguidamente, la construcción supuso un 3,3 por ciento, mientras que la industria se mantuvo, por sexto trimestre consecutivo, como el ámbito de actividad más débil al registrar un 1,3 por ciento en el primer trimestre.
Además, se crearon nuevos puestos de trabajo, lo que supuso un 3,9 por ciento, mientras que el desempleo se redujo hasta el 5,8 por ciento de la población activa, lo que dio la tasa de paro más baja de toda la serie histórica en esta época del año.
Así, el consumo privado mantuvo su tendencia de aceleración, con un 2,9 por ciento, dada la afluencia turística y que la paulatina moderación de la inflación sustentara el gasto familiar. En paralelo, la inversión fortaleció su avance dentro de la demanda interna con un 2,4 por ciento.