La empresa Aigües de Cala Blanca, que presta servicio a las urbanizaciones de Cala Blanca, Sa Caleta y Santandria, asegura que el agua que se ve obligada a servir a sus clientes no es apta para el consumo humano, a causa de un exceso de nitratos y cloruros, a pesar de lo cual el Ayuntamiento no atiende a sus propuestas para solucionar el problema.
Así lo asegura el gerente de la empresa, Sam Moll, en una carta que publica hoy este diario, en la cual remarca que no quieren «continuar dando un servicio deficiente», y piden al Consistorio que se haga cargo de la gestión del suministro para que «se pueda ofrecer a los residentes de estas urbanizaciones una agua de calidad».
Aportación de agua desalada
Moll explica que una posible solución para mejorar la calidad del agua de las urbanizaciones del sur de Ciutadella, sería mezclar el agua del depósito, que se obtiene de las extracciones de cuatro pozos, con agua procedente de la desaladora, lo que permitiría diluir la concentración de nitratos, que ahora supera el nivel máximo permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se sitúa en los 50 miligramos por litro. Sin esta actuación el agua que se sirve en Sa Caleta, Santandria y Cala Blanca no es apta para el consumo humano.
Sin respuesta
Desde Aigües de Cala Blanca explican que en el año 2017 ya solicitaron a la Agència Balear de l'Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua) la aportación de agua desalada, ante lo cual la entidad pública les indicó que esta petición se tenía que canalizar mediante un convenio con el Ayuntamiento. Por ello, la empresa ha solicitado a los responsables municipales la firma del acuerdo en diversas ocasiones, sin obtener ninguna respuesta. «Desde 2017 ha habido conversaciones, pero no hemos avanzado nada, y como parece que no quieren redactar el convenio, pues les proponemos que nos compren los pozos y el depósito, y que asuman ellos mismos el servicio de una vez», concluye Moll.
El apunte
Desaparece la partida para comprar el depósito y las captaciones
Desde Aigües de Cala Blanca lamentan la falta de voluntad del Ayuntamiento de Ciutadella para solucionar el problema de la calidad del agua que reciben los vecinos de Cala Blanca, Sa Caleta y Santandria, y que podría resolverse mediante la firma de un convenio para que la empresa pueda recibir agua de la desaladora y mezclarla en el depósito con el agua procedente de las captaciones, lo que re reduciría el nivel de nitratos. Por ello, y ante la dificultad de firmar el acuerdo, los responsables de la empresa pusieron toda su infraestructura —cuatro pozos y un depósito— a disposición del Consistorio en 2022, y en el presupuesto municipal del 2023 se llegó a incluir una partida de 210.000 euros para hacer efectiva la compra. Ahora, el gerente de la empresa, Sam Moll, lamenta que esta cantidad haya desaparecido del presupuesto de 2024, y que tampoco se haya incluido en la última modificación de crédito. «No queremos seguir dando un servicio deficiente, y entendemos que la única salida que queda es que el Consistorio asuma el servicio», remarca.