El PSOE ha denunciado la «incapacidad» del PP para gestionar el Consell de Menorca en su primer año de mandato, al considerar que la institución «ha agachado la cabeza ante las instrucciones» de la presidenta del Govern, Marga Prohens.
Los socialistas han hecho su propio balance del primer año en minoría del PP, «un gobierno que no se implica en los proyectos prioritarios para Menorca y no resuelve las principales necesidades de los menorquines».
Para la consellera Bárbara Torrent, el PP ha sido «incapaz de sentarse con los grupos de la oposición y pactar un presupuesto de mínimos». También ha criticado que siga gobernando con el presupuesto prorrogado y «a golpe de modificaciones de crédito».
Torrent ha reprochado la sumisión del gobierno popular a la presidenta Prohens, que así ha podido «cambiar el modelo territorial y ambiental de Menorca que tanto ha costado», y todo ello «sin consenso ni debate, lo que demuestra la falta de un proyecto propio».
Acusaciones de partidismo
En este sentido, el PSOE ha lamentado que el PP «solo levante la voz ante el Gobierno central y no ante el Govern autonómico», dejando claro que «gobierna para su propio partido y no para los menorquines».
Los socialistas han echado en cara que el PP haya sido sinónimo de «escándalos públicos y vergüenza política», en alusión a la destitución de la directora insular, que montó una fiesta privada en el islote público del Llatzeret, o el cese de la consellera de Vox y de su director insular, entre otros asuntos.
El PSOE menorquín ha calificado el primer año de gestión de Vilafranca de «negativo y perjudicial para los menorquines», después de alegar que el dirigente del PP realiza grandes anuncios «sin más éxito que el heredado de la gestión de equipos anteriores».
Sumisión del Consell al Govern, dicen ahora estos sociatas caraduras. Se les habrá olvidado que durante los anteriores ocho años, Susanita d'es Grau no se atrevía ni siquiera a respirar sin previa autorización y permiso por escrito de Madó Francinota d'Inca. El problema de esta tropa de la ultraizquierda, es que se creen que todos los demás somos imbéciles.