Después de décadas de construcción de urbanizaciones sin alcantarillado en Balears, siguen siendo muchos los núcleos en toda la comunidad autónoma que todavía no cuentan con sistema de saneamiento, lo que representa una amenaza para el medio ambiente e impide la concesión de nuevas licencias de construcción.
En Menorca son una veintena los núcleos que se encuentran en esta situación, entre los que destaca la zona de S’Altra Banda del puerto de Maó, un emplazamiento tranquilo y con unas vistas privilegiadas sobre la rada mahonesa, en el que conviven residentes de toda la vida con famosos como Joan Manuel Serrat, Mercedes Milá, Iñaki Gabilondo o Víctor Manuel y Ana Belén, que han convertido este enclave en su lugar de veraneo y descanso.
Precisamente, este mes de septiembre se cumplen cuatro años desde que finalizaron las obras de la red de saneamiento de Cala Llonga, pero queda pendiente la conexión con la depuradora de Maó, una actuación que todavía no tiene fecha de ejecución. Además, en la vecina urbanización de Sant Antoni, que incluye núcleos como Venecia, La Solana o Cala Rata, entre otros, a la falta de alcantarillado se suma la ausencia de un sistema de abastecimiento de agua potable, lo que complica la vida a los residentes, que se ven obligados a traer el agua mediante camiones cisterna. Todo ello provoca las quejas de los propietarios de segundas residencias y de las asociaciones de vecinos, que ven cómo el problema se eterniza sin que se divisen soluciones en el horizonte.
Indignación de los vecinos
Santi Pons Quintana es el presidente de la asociación de vecinos de La Solana desde hace tres años y hace 60 años que tiene una casa en la zona, durante los cuales se ha reunido en muchas ocasiones con los responsables municipales, sin que se haya conseguido avanzar hacia una resolución. «Desde el Ayuntamiento nos han llegado a plantear dos proyectos para dotar la urbanización de red de alcantarillado, uno hace veinte años y otro hace una década, pero ahora nos ponen pegas, porque nos dicen que desde entonces el coste se ha multiplicado por tres», asegura.
Pons Quintana también recuerda como el alcalde Arturo Bagur, en los años noventa, ya le aseguraba que el problema se solucionaría, pero lamenta que han «pasado muchos años y seguimos igual». Por todo ello, desde la asociación de este pequeño núcleo, que cuenta con un centenar de vecinos, ahora piden al Consistorio que, como mínimo, se pongan en marcha los trabajos para hacer llegar el agua potable a las casas, para lo cual, señalan, se podría usar la canalización que transporta el agua a la vecina Cala Llonga. «Ahora todas las casas funcionan con una cisterna y los vecinos tienen que traer el agua con camiones, algunos cada semana y otros una vez al mes», explica.
También muestran su preocupación por el bloqueo de la situación desde la asociación de vecinos de Venecia, Sa Partió y Punta d’en Gallerut, cuyo tesorero, Joan Morro, asegura que el origen del problema es anterior a la Guerra Civil, cuando se empezaron a construir algunas de las casas. Morro explica que las viviendas cuentan con cisternas para el agua potable y con fosas sépticas para la gestión de las aguas negras, aunque en su caso ha instalado una depuradora propia, que le permite aprovechar una parte del agua para regar.
«Para el abastecimiento del agua, tenemos una cisterna y recogemos lo que podemos de la lluvia, pero cuando se acaba tenemos que llamar al camión, que en nuestro caso suele venir dos o tres veces al año, porque tenemos un depósito muy grande», añade.
«Un tema que preocupa»
Desde el Ayuntamiento, la concejala de Urbanismo, Dolores Antonio, explica que existe un proyecto de hace muchos años para dotar la zona de alcantarillado, pero advierte que es necesario actualizarlo. «En su momento no se hicieron los deberes con este tema, y todavía lo arrastramos», reconoce. Además, en el caso de Cala Llonga recuerda que el Ayuntamiento ya ejecutó la parte urbana, pero ahora es el Govern, a través de Abaqua, el que debe completar la conexión con la depuradora de Maó, una actuación que en estos momentos se está negociando. «Si tardan otros 30 años en realizar la conexión, las canalizaciones que hemos puesto ya no servirán», advierte.
Antonio también explica que la difícil orografía de las urbanizaciones complica la ejecución técnica de los proyectos, a lo que se suma que la zona forma parte de una área natural protegida. También recuerda que «lo que empezó como una zona de pequeñas casas a las que solo se iba los sábados, ahora se ha convertido en una zona de grandes chalés, con otras necesidades». Por todo ello, subraya que «es un tema que preocupa en el Ayuntamiento, y se va avanzando en la medida de las posibilidades».
Agua potable en camiones cisterna
La falta de un sistema de suministro de agua potable en la zona de Sant Antoni obliga a los residentes a abastecerse mediante camiones cisterna. Desde Gemleca, una empresa de transporte de agua que hace el reparto en la Isla, aseguran que realizan unos veinte servicios cada día, en cubas de 5, 10 y 17 toneladas, aunque en verano se incrementa mucho su trabajo. Además de la zona de S’Altra Banda, también reparten agua en muchas casas aisladas y en núcleos como Sa Mesquida, Es Murtar, Sierra Morena o Na Macaret.
El apunte
Maó prevé licitar el saneamiento de Es Canutells antes de final de año
Uno de los proyectos de dotación de alcantarillado que está más avanzado en Maó es el de la urbanización de Es Canutells, que desde el Ayuntamiento prevén licitar antes de final de año. Según señala la concejala de Urbanismo, Dolores Antonio, en estos momentos se está trabajando en la redacción de los pliegos del concurso, por lo que la licitación es «relativamente inminente». El proyecto cuenta con fondos del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) y un presupuesto aproximado de 1,6 millones de euros.
Desde el Consistorio también señalan que otro proyecto que está en una fase muy avanzada es el de Binixíquer, que se redactó en 2017, y que también podría contar con fondos de la ecotasa. En cambio, no se prevén avances en los proyectos de Sa Mesquida y Es Murtar, también redactados hace siete años. En la zona de Sant Antoni, cuyo proyecto se inició hace casi 20 años, tampoco hay progresos a la vista. Las últimas obras de saneamiento que se completaron en el municipio fueron las de Llucmaçanes, en 2021.