Ciutadella concentra desde este verano casi la totalidad de los sacrificios de animales para el consumo humano de Menorca. Ya asumía aproximadamente el 80 por ciento de toda la actividad de la Isla, pero desde hace dos meses el matadero de Maó le desvía también el sacrificio industrial que llevaba a cabo para grandes productores como Raima.
Las elevadas deudas que arrastra han dejado a la cooperativa Virgen de Monte Toro, que gestiona el matadero de Maó desde 2004, al borde de la desaparición, con sus cuentas intervenidas por la Seguridad Social y la anterior junta rectora dimitiendo en bloque. Los nuevos gestores han optado por frenar la sangría económica, reducir drásticamente el personal (de los ocho trabajadores de antaño a solo dos sueldos y medio) y transformarse en obrador, al servicio solo de su quincena de socios y de algunos ganaderos de Llevant, orientados a la venta directa.
«Ya no volveremos a sacrificar al por mayor», dice el nuevo presidente de la cooperativa, Biel Seguí, quien aguarda el dictamen de los servicios jurídicos del Ayuntamiento para decidir «si nos rescatan o se extingue la entidad». En este supuesto, un grupo de socios podría asumir la gestión del matadero, «pero siempre desde este nuevo prisma».
El Ayuntamiento de Maó contempla «distintos escenarios. Se ha reducido el volumen de sacrificios, pero en modo alguno se quiere renunciar a la actividad», aclara la concejal Susana Salom, para quien «lo mejor es ser realistas y redimensionar» la instalación. «En Menorca hacen falta dos mataderos, pero quizás el nuestro deba especializarse».
Salom lamenta que el Consell aún no haya aceptado la adenda al convenio suscrito en diciembre, que inyecta 600.000 euros para inversiones y 250.000 para gasto corriente y eliminar los subproductos animales (sandach), que la cooperativa y el ayuntamiento piden destinar también a pagar parte de la deuda de años precedentes. También solicitan la autorización del Consell para demorar más las inversiones, ya que ven insuficiente el plazo de un año para ejecutar las obras.
La decisión de la cooperativa de Maó ha consolidado al matadero de Ciutadella como una infraestructura de vocación insular, que gestiona directamente el ayuntamiento, justo nueve meses después de que el Consell renunciase a construir un único matadero para toda Menorca.En su lugar, optó por repartir ayudas al 50 por ciento a Maó y Ciutadella, pese a que este último municipio ya concentraba tres cuartas partes de los sacrificios. Pero ahora el gobierno de Ciutadella reclama al Consell que corresponda a la actual concentración del servicio en Ponent.
«No se puede seguir dando el mismo dinero a los dos municipios porque no es equitativo», se queja la concejal de Urbanismo, Sandra Moll. «Tener que sacrificar más implica más desgaste, más personal y debe suponer también una mayor aportación por su parte», incide.
Sandra Moll pide al Consell que se rija por los mismos criterios del Fondo de Garantía Agraria (Fogaiba) del Govern, «que desde siempre ha repartido sus ayudas en función del volumen de actividad de cada matadero. Y el de Ciutadella es una instalación muy necesaria e imprescindible para el campo de Menorca».
El Ayuntamiento de Ciutadella ha usado la aportación del Consell para renovar el estado de las instalaciones, reformar y modernizar las cuadras y mejorar la depuración y el tratamiento de la sangre de las reses. La inversión total, con fondos propios, del Consell y del Fogaiba asciende a 1’7 millones de euros.
El apunte
Ciutadella regulariza la supresión del ‘sandach’, que se realizaba sin contrato
La Junta de Gobierno de Ciutadella ha aprobado esta semana el pliego de condiciones del concurso para adjudicar de nuevo la eliminación de los subproductos animales no destinados al consumo humano (sandach), que desde 2019 manda a la Península para su transformación.
La concejal Sandra Moll explica que el servicio se venía prestando estos últimos meses sin contrato, al haber expirado la anterior adjudicación, por lo que urgía convocar un nuevo concurso.
Estos últimos años la empresa Transportes Cardona SL de Ferreries ha asumido el servicio de recogida, almacenamiento y posterior traslado del sandach a un centro autorizado de Lleida, lo que le cuesta al municipio 493 euros por tonelada. Es prácticamente la mitad de lo que venía cobrándole la gestora de la planta de residuos de Milà, cuyo precio de incineración en Menorca estaba fijado en 900 euros por tonelada.