El alcalde de Maó, Héctor Pons, asumió el «error en el circuito de diligencia del registro de entrada» que ha llevado al Ayuntamiento a parar la planta desnitrificadora de Malbúger y notificar a la población que el agua no es apta para el consumo humano un mes después de que la empresa concesionaria, Hidrobal, así se lo comunicara a la administración.
Héctor Pons y la concejal delegada, Dolores Antonio, explicaron en el pleno que el gobierno municipal no ha tenido conocimiento hasta este jueves del informe remitido el pasado 23 de agosto por la empresa, ya que la funcionaria que recibió el correo se encontraba de baja.
A preguntas de la oposición, el alcalde admitió tener un «enfado» mayúsculo por lo ocurrido, pero aseguró que, nada más conocer que el agua que se servía a la población tenía un nivel de nitratos superior a los 50 mg/litro, ordenó parar la planta desnitrificadora e informar a la población de que no beba agua del grifo porque no es apta.
Comisión extraordinaria
Dolores Antonio, quien ha anunciado la convocatoria de una comisión extraordinaria la próxima semana para abordar el asunto, se comprometió a tomar las medidas pertinentes para que la información no dependa siempre de una sola persona y «el procedimiento no vuelva a fallar».
Pese a ello, la concejal precisó que en ningún momento la concentración de nitratos ha superado los 55 mg/litro, por lo que no existe una «alarma tremenda», y propuso celebrar reuniones mensuales con Hidrobal.
«El fallo humano no les exime de responsabilidad», reprochó el concejal popular Alfonso Toral, quien se mostró «muy preocupado por la calidad del agua» y advirtió de la existencia de cierta «discriminación» porque la calidad del agua que se sirve a la población no es la misma «pero la pagamos todos por igual».
Reproches
Toral también echó en cara al gobierno del PSOE en minoría que solo se hayan puesto en marcha dos nuevos pozos en ocho años y cuestionó con ello que los socialistas no estén dando la prioridad precisa a la gestión del agua.
El PP insistió en la necesidad de que, además de la segunda desnitrificadora prevista, se construya también una desaladora en Maó, un proyecto al que el gobierno del PSOE inicialmente se resistía pero al que ahora no se cierra.
«Si hay que cambiar de opinión lo haremos, siempre que cumplamos el objetivo de hacer llegar el agua a la ciudadanía, pues estamos preocupados por el abastecimiento y la calidad del servicio», dijo Dolores Antonio.
El concejal no adscrito, Francisco Cardona, exigió «máxima responsabilidad para que un caso como este no vuelva a repetirse en el futuro».
Por su parte, el portavoz de Ara Maó en la oposición, Jordi Tutzó, lamenta que «ante la ya preocupante incapacidad de gestión del gobierno del PSOE, se nieguen a asumir responsabilidades». Asimismo, pidió recuperar la concesión para que el servicio vuelva a ser público y abogó por consorciar la gestión del agua en toda Menorca y revisar las tarifas vigentes, pero la propuesta no concitó la mayoría necesaria para ser aprobada.