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El primer proyecto de parque marino de Menorca prevé molinos de 262 metros a 4 km de la costa

La francesa Qair proyecta diez aerogeneradores al norte de Es Mercadal y Maó con una potencia total de 180 MW

Esta es la disposición de las dos alternativas planteadas: diez molinos en hilera o dos líneas de cinco.

| Menorca |

El primer proyecto de parque eólico marino que se impulsa en Menorca plantea instalar diez aerogeneradores de 262 metros de diámetro y 18 megavatios de potencia a una distancia mínima de solo 4,2 kilómetros de la costa noreste, en un amplio tramo de casi 20 kilómetros frente al litoral de Es Mercadal y Maó.

La promotora francesa Qair propone que los molinos se extiendan hasta ocupar el 17 por ciento de la zona LEBA-2, una de las cuatro de mayor potencial generador de energía eólica del litoral español. Como ya adelantó en julio Es Diari, el parque que se ha proyectado tendrá 180 megavatios (MW) de potencia, casi cuatro veces más que el parque solar de Son Salomó (Ciutadella), el más grande de Balears.

El proyecto, bautizado como Parque Eólico Marino Flotante Gregal, ha estado durante un mes, hasta este pasado jueves, en fase de consulta pública en el Ministerio para la Transición Ecológica, en lo que supone el primer estadio previo de su tramitación ambiental.

Las piezas se transportarán desde Tarragona y València

La promotora francesa propone concentrar en los puertos de Tarragona, València y Castelló parte de la construcción y logística de los elementos necesarios, que se transportarán hasta Maó, elegido como puerto base para las actividades de soporte.

Subestructuras flotantes a 200 metros de profundidad

Los diez aerogeneradores proyectados se sustentarán sobre subestructuras flotantes ancladas en el lecho marino, que en ese tramo de la costa norte de Menorca alcanza profundidades de entre 100 y 200 metros.

Parque Marino Flotante Gregal

La compañía ha medido velocidades medias de viento de 6,80 metros por segundo (21,6 kilómetros por hora) a 150 metros de altura, lo que la ha llevado a dimensionar los molinos encargados de generar la energía. Cada uno de ellos tendrá 262 metros de diámetro de rotor (el conjunto de las tres palas aerodinámicas) y se asentará sobre subestructuras flotantes ancladas en el lecho marino a unos 200 metros de profundidad.

Qair plantea dos alternativas para la conexión del parque, pero se acaba decantando por enlazarlo con la subestación eléctrica de Es Mercadal, lo que precisará cubrir un trazado de 24,2 kilómetros. La línea de evacuación discurrirá por un tramo submarino de 9,86 kilómetros y por otro terrestre de 14,41. Se considera una opción más adecuada que conectarlo a la central de Sa Dragonera, enMaó, que solo precisaría de 6,25 kilómetros por tierra.

De acuerdo con la propuesta, el cable de exportación de la energía se hará llegar a la subestación mediante perforación horizontal dirigida, un sistema innovador que permite colocar conductos y tuberías sin necesidad de abrir zanjas y excavación.

Las piezas se ensamblarán en los puertos de Tarragona, Castelló y València, donde se construirá parte de la infraestructura necesaria y se transportará hasta Maó, que se utilizará como puerto base en el que acometer todas las actividades logísticas y de soporte.

Calendario

El calendario previsto prevé tramitar los permisos pertinentes hasta 2027, decidir entonces la inversión definitiva y empezarlo a construir en 2029. Si se cumplieran todos los plazos,  se podría iniciar la comercialización de la energía del futuro parque en el año 2032.

La inversión aún no se ha cuantificado, pero podría superar perfectamente los 820 millones de euros, ya que el coste de cada megavatio se estima en la actualidad en poco más de 4 millones y medio.

Los promotores pretenden proporcionar así una «fuente vital de energía renovable» para el conjunto del sistema eléctrico balear. Pero, para que la iniciativa prospere, cabe reforzar el sistema energético con un nuevo enlace submarino entre Menorca y Mallorca, que la actual planificación de Red Eléctrica pospone hasta después de 2026. Es el mismo impedimento que amenaza con no poder aprovechar todo el potencial del proyecto ‘Menorca Renovables II’, que este mayo se empezó a construir en Maó y que, con sus 60 MW, pasará a ser el mayor parque solar de la Isla.

El precedente de Languedoc

El grupo francés Qair, cuya filial en España Qair Renovables Ibérica impulsa el proyecto, es una productora eléctrica independiente que cuenta con más de 650 empleados en 20 países de todo el mundo.

Qair participa en la actualidad en la construcción de uno de los tres primeros parques eólicos flotantes de Francia, el Eolmed, en el puerto industrial de Port-La-Nouvelle, que prevé ponerse en marcha en 2025 en este punto de la región de Languedoc-Roussillon. Se trata de un parque formado por tres aerogeneradores de 116 metros de altura y 10 MW de potencia cada uno, cimentados sobre plataformas construidas en Francia y Japón.

Además, Qair concursa en la actualidad en otros procesos públicos de licitación en Polonia y el Reino Unido. Su unidad de negocio de eólica marina también está desarrollando proyectos en Escocia.

El apunte

Una de las cuatro zonas de mayor potencial eólico marino de España

La costa noreste de Menorca es, precisamente, una de las cuatro zonas que el Plan de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) del Ministerio de Transición Ecológica considera «de interés para el desarrollo de la energía eólica en el ámbito marítimo» en el área levantina y de Balears. Cuenta con una «potencialidad operativa para el desarrollo comercial del sector» similar a la del Cap de Creus, el Delta de l’Ebre o el Cabo de Gata, frente a la costa de Almería.

Precisamente, el Consejo de Ministros aprobó hace tres semanas el Real Decreto que regula la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables ubicadas en el mar. El objetivo es maximizar sus potencialidades, como la creación de empleo e industria, y minimizar los impactos ambientales. El reto del Ministerio pasa por alcanzar hasta 3 GW de energía eólica marina y hasta 60 MW de otras fuentes renovables marinas en el horizonte del año 2030. Este desarrollo, que pretende «ordenado, respetuoso con el medio ambiente y compatible con otros usos y actividades en el mar», prevé que genere una importante actividad económica y permita crear unos 40.000 puestos de trabajo.

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