El Ayuntamiento de Maó cerró este miércoles las fuentes de agua de los centros educativos públicos del municipio al detectar que algunas de estas, a pesar de estar dotadas con sistemas de filtración por ósmosis, ofrecían niveles de nitratos superiores al límite máximo legal establecido por la normativa sanitaria actual. Como alternativa, desde el Consistorio han distribuido garrafas de agua potable a los colegios. Además, el equipo de gobierno ha encargado la limpieza, revisión y reparación de las fuentes que ofrecen niveles anómalos de nitratos, u otros parámetros relativos a su funcionamiento, una tarea que comenzará este mismo jueves.
Los análisis se han realizado en las últimas semanas por parte de una empresa contratada por el Consistorio a raíz de la controversia por la paralización de la planta desnitrificadora de Malbúger el pasado 26 de septiembre, cuando se conoció que Hidrobal había alertado un mes antes de su deficiente funcionamiento. Desde el Consistorio aseguran que los resultados de estas pruebas en las fuentes de los colegios se conocieron el martes por la tarde, a lo que dieron respuesta de la forma más inmediata posible. De las trece fuentes existentes, cuatro dieron niveles de nitratos excesivos, aunque con cifras que no superan de forma excesiva esta cantidad. Tres tienen un funcionamiento impecable y otras seis tienen ligeramente alterados otros parámetros.
Sin análisis hasta la fecha
Las fuentes de ósmosis se instalaron en 2016, con el objetivo de reabrirlas después de que se tuvieran que cerrar precisamente por detectarse exceso de nitratos. Desde entonces no se habían realizado análisis para comprobar el nivel de nitratos que arrojaban, por lo que es imposible precisar desde cuándo sale agua no potable de las fuentes de estos cuatro colegios. Desde su instalación se lleva a cabo un mantenimiento anual por parte del Ayuntamiento, pero sin que haya un test periódico. Nadie hasta la fecha lo había planteado.
Cuando se han conocido estos resultados, el Ayuntamiento de Maó ha comunicado la situación a la Conselleria de Educación y ha encargado un segundo test en aquellas que han dado resultados positivos. Si se repiten unas cifras óptimas, se abrirán de nuevo.«La medición de los parámetros, los controles, comprobaciones y mantenimientos permitirán garantizar en todo momento el buen estado de las fuentes», aseguran desde el Consistorio.
En el pleno celebrado el pasado 30 de octubre, el concejal de Educación,Carlos Uhler, ya anunció en respuesta a una pregunta formulada por el concejal del PP Antonio Airós que se iba a contratar una empresa para el seguimiento y revisión del buen funcionamiento de estas fuentes escolares. También explicó que las fuentes de los colegios de la zona a la que abastece la planta de Malbúger se habían cerrado a finales de septiembre tras la paralización de la planta, el 26 de septiembre, y que tanto el CEIPMare de Déu del Carme como el CEIP Antoni Juan dispusieron de inmediato de garrafas de agua potable para el comedor.
Al cabo de pocos días, en los centros educativos de la zona de distribución de la red de Malbúger, prosiguió Uhler en el mismo pleno, se revisaron, prepararon y activaron los sistemas de ósmosis que estaban parados desde la puesta en marcha de la planta desnitrificadora en octubre de 2021. Una vez realizadas estas tareas se informó a los equipos directivos de estos centros de que el agua que salía de sus fuentes estaban tratada por ósmosis y por tanto era apta, «asegurando que el agua ha pasado por procesos de tratamiento para su uso», comentó entonces el regidor. No se realizó ningún análisis para certificarlo.
El cierre de las fuentes de los colegios de Maó fue uno de los asuntos que se abordó en la primera comisión informativa monográfica sobre la crisis del agua, que se celebró este mismo miércoles. Por parte del PP, la concejal Virginia Victori se mostró sorprendida por el hecho que no se comprobara hace unas semanas la calidad del agua que salía de las fuentes de los colegios del ámbito de la planta de Malbúger.