El dique de Son Blanc va a cerrar el año 2024 con el primer descenso de pasajeros –pandemia al margen– desde que se inauguró esta infraestructura, a mediados de 2011. Según hizo público este sábado Ports de les Illes Balears, el puerto exterior de Ciutadella tiene previsto terminar el año con algo menos de 600.000 viajeros, lo que supone un leve descenso (de en torno al 0,5 por ciento) en relación al año pasado.
Se trata técnicamente de un estancamiento del tráfico que viene a reflejar un significativo cambio de tendencia. Hay que tener en cuenta que el año pasado se saldó con un crecimiento del 22,2 por ciento en relación a 2022 y del 2,9 por ciento respecto a 2019. Antes de las restricciones a la movilidad de la pandemia se batían récords de viajeros año tras año.
La pérdida de pasajeros se ha concentrado sobre todo entre los meses de julio y septiembre, un trimestre estival en el que se acumuló un descenso de 12.392 viajeros, lo que representa una disminución interanual del 4,2 por ciento en la época de mayor tráfico que ha marcado el balance global del año. Habrá que esperar a la estadísticas por publicar del puerto de Maó para saber la evolución que ha seguido el conjunto del tráfico marítimo de pasajeros en la Isla.
Desde Ports IB destacaban que el dique de Son Blanc «está manteniendo una tendencia de estabilidad en el tráfico de pasajeros y vehículos, con volúmenes muy similares a los del año anterior», lo que a su entender lo «reafirma como una infraestructura clave para Menorca, no solo por su conectividad, sino también por su impacto económico».
PedroI a més és es primer port deMenorca en nombre de passatgers. I per sa seua major proximitat a Mallorca i península amb es corresponent estalvi de combustible en aquests trajectes és a més es port més ràpid, económic i ecológic de Menorca.