En Menorca hay 223 personas que tienen el derecho reconocido a recibir atención para la dependencia pero aún no cuentan con ella, bien sea una plaza en un centro de día o residencia, prestaciones económicas para cuidados en el entorno familiar, teleasistencia o ayuda a domicilio. Se encuentran en el denominado limbo de la dependencia, a la espera.
En Balears el tiempo medio de gestión desde que se solicita una ayuda por dependencia hasta que se resuelve la prestación es de ocho meses (248 días), aumentó un mes en enero de este año respecto al 31 de enero de 2024, en concreto 29 días más, lo que supone un 13,2 por ciento. Aun así, está tres meses por debajo de la media estatal, que según el último informe del Imserso sobre la gestión del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), es de once meses, 335 días.
A los ciudadanos que aguardan su prestación se suman los que aún tienen que ser valorados, para ver su nivel de dependencia y evaluar si tienen derecho o no a la ayuda. Este año comienza en Menorca con 111 personas pendientes de valorar, entre nuevas solicitudes (79) y revisiones (32). Otros peticionarios están en lista para negociar su Programa Individual de Atención (PIA), un total de 90, entre solicitudes nuevas (38), revisiones (25), cambio de PIA (24) y traslado de comunidad autónoma (3).
La ley establece ese derecho a la atención por dependencia, cuando se necesita ayuda para realizar actividades básicas del día a día por razones de edad, enfermedad o discapacidad, y también los plazos, que no deben superar los 180 días, pero lo cierto es que hay personas que no llegan a recibir nunca la prestación, ya que fallecen antes. El último análisis de la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales señala que entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023 fallecieron en Balears 1.072 personas en espera de una resolución.
La entrada d´s Camí de Baix de Maó, (La Salle,) está abandonada. La pared colindante con La Salle no está cuidada, sino llena de grafitis. Además, hay dos y hasta tres espacios muy grandes, deportivos, que no necesito nombrar, con unas potentes lámparas que iluminan gran parte de las casas d´es Camí de Baix por la noche (a esto se le llama contaminación lumínica). Por lo menos, los focos podrían mirar hacia abajo...digo yo. Y, efectivamente, ha salido hace poco en este periódico, que el ruido de los coches que nos llega desde la Vía Ronda es tremendo, me imagino que debe pasar de los decibelios permitidos... una cosa muy enemiga de la salud.