El alcalde de Es Castell, Lluís Camps, desveló en el último pleno que el gobierno municipal planteó a la Conselleria de Educación la posibilidad de crear un aparcamiento subterráneo en el patio del antiguo cuartel Conde de Cifuentes, donde se construirá el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP), pero que la inversión se calculó en 10 millones de euros, según estudios de la Conselleria, y se consideró inviable. Por ese motivo, afirmó el primer edil, se abandonó dicha idea para «buscar otros formatos». El proyecto actual contempla un aparcamiento provisional en superficie con 150 plazas que, insistió Camps durante el debate, serán para los vecinos del pueblo.
El alcalde respondía así a las críticas del concejal de Som Es Castell, Simó Ferrando, quien llamó a Camps «incoherente» por pedir como diputado en sus intervenciones parlamentarias, durante la pasada legislatura, un parking subterráneo «solo para presionar» al anterior equipo de gobierno municipal de izquierdas, cuando ahora opta por crear un aparcamiento al lado del futuro centro educativo, «no se ha mantenido en su posición», dijo Ferrando, «han hecho cambios para contentar a su partido y no al pueblo», añadió.
La movilidad y el centro de FP siguen siendo temas que encienden el debate en los plenos municipales de Es Castell. La portavoz del PSOE, Noemí Gomila, reiteró sus críticas al nuevo proyecto que «se ha reducido a menos de la mitad de lo que era y ahora la máxima prioridad es que haya aparcamiento en el núcleo del pueblo», algo que tanto socialistas como Som no aprueban, «no hacen caso a la tendencia general hacia municipios sostenibles y la pacificación del tráfico», reprochó Gomila.
En el pleno extraordinario se introdujo por la vía de urgencia, con los votos de PP, IPEC y PSOE y la abstención de Som, el punto relativo a las obras de demolición de los edificios anexos al antiguo cuartel. El motivo de la urgencia era incluir en el convenio la gestión y tratamiento de los residuos que generará el derribo controlado de los viejos inmuebles junto al cuartel. Este error en los pliegos de condiciones había motivado que se paralizara la licitación de la obra a solo dos días de que se cumpliera el plazo para que las empresas interesadas presentaran sus ofertas. Este punto dio pie para retomar la discusión sobre los diferentes modelos de centro educativo defendidos por PPe IPEC, por un lado, y PSOEy Som –que en el anterior mandato impulsaron el proyecto de centro integrado–, por el otro.
El alcalde Lluís Camps insistió en que el centro proyectado por el anterior Consistorio «fue impuesto» y tenía en contra «no a unos cuantos directores», como apuntó el PSOE, «sino a toda la comunidad educativa e incluso al alcalde de Maó» quien advirtió que no se había consensuado con todas las partes implicadas. Sobre la reducción de plazas, de las mil iniciales ahora se prevén entre 300 y 600, el alcalde cree que este número es más real y adaptado a la demanda, aunque el centro, añadió, «tendrá capacidad de crecer en el futuro cuando sea necesario».
Ya no hace falta el proyecto. El año que viene se aparcará en globo al CFP y no sería compatible subterráneo.