«En la línea de continuidad con el Concilio Vaticano II, el Papa Francisco promovió la igualdad de todos los bautizados e impulsó su participación en la vida de la Iglesia. El redescubrimiento de la sinodalidad ha ayudado a superar el clericalismo multisecular para que cada uno actúe asumiendo su corresponsabilidad en una Iglesia misionera y servidora», afirmó el obispo Gerard Villalonga en el funeral diocesano por el pontífice fallecido.
La Catedral de Menorca acogió este martes por la tarde esta misa exequial que registró una gran afluencia de fieles de toda la Isla. Fue presidida por el pastor de la Iglesia menorquina junto con los presbíteros y diáconos de la Diócesis.
Una fotografía de Francisco ocupó un puesto central en el presbiterio durante la celebración litúrgica, que contó con la participación de la Capella Davídica, dirigida por Katia Moll.
Sin excluir a nadie
En la homilía, el obispo Gerard agradeció las aportaciones del Papa Bergoglio y subrayó los hitos de su pontificado, subrayando que el Papa Francisco ha sido el sucesor de Pedro.
Pobres y descartados
El obispo Gerard halla en el Evangelio las claves para interpretar la vida y el magisterio del Papa Francisco, concretamente cuando Pedro confiesa tres veces su amor a Jesús como reparación de su triple negación, y el Señor le encarga la atención sobre su rebaño: «Apacienta mis ovejas».
«El Papa Francisco ha desbordado esta caridad pastoral hacia quienes están dentro de la Iglesia como quienes están fuera, pero de una manera especial los más pobres y descartados de nuestra sociedad han recibido su amor. Un amor sin fronteras ni exclusiones, un amor que luchaba por la fraternidad, por una sociedad más justa y por el cuidado de la casa común de nuestro planeta», afirmó el prelado.
En este aspecto de la homilía, Gerard Villalonga puso de manifiesto y agradeció «el amor del pueblo cristiano por el Papa como una de sus características principales porque, sea quien sea, es el sucesor de Pedro. Y esta fe está por encima de las consideraciones humanas».