El Claustre del Carme de Maó –o en su defecto, alguna zona aledaña– recuperará el equipo de máquinas de reciclaje SDDR (sistema de depósito, devolución y retorno), según indica la apertura de su proceso de licitación. El conjunto se compone de una máquina de retorno de envases, una prensa de cartón y envases y una compactadora industrial para plásticos y cartones, además de que, lo más relevante para el ciudadano de a pie; premiará, económicamente, a quien la use.
Este proyecto, en el marco del programa de actuaciones del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino «Puerto de Maó: Puerto Sostenible 2030», no es inédito, puesto que además de ser común en muchos puntos de Europa, ya tuvo un primer capítulo en Maó y en el Claustre –con plásticos–, que abarcó desde diciembre de 2022 y durante 2023.
Entonces, permitió reciclar hasta 32.153 botellas de plástico, según datos facilitados por Vero Mullor, gerente del Mercat Claustre del Carme, quien a su vez explica que la falta de un funcionamiento lo suficientemente eficaz del gestor externo –en España el sistema era entonces algo novedoso– precipitó que se erradicara.
Esa primera experiencia de máquinas SDDR en la Isla vio la luz en virtud de un acuerdo entre Ayuntamiento y la Mar Viva. De hecho, el dinero recaudado se derivaba directamente a la entidad ecologista para impulsar iniciativas o proyectos de carácter medioambiental, «y así en cierto modo, se cerraba el círculo», precisa Mullor.
Ecopunto
Y es que el beneficio que esta maquinaria recicladora arroja es doble, puesto que a su función de recuperar para nuevo uso el plástico, añadía el beneficio económico para el usuario (cada botella equivalía en un ecopunto, que se acumulaban en una relación para consumir en la lista de la compra en alguno de los puestos que se enclavan en el Claustre).
Meses después de que ese dispositivo dejara de estar operativo –cabe significar que además se utilizó en algunas poblaciones durante sus fiestas patronales y asimismo rindió resultados satisfactorios–, la Administración, merced en esta ocasión a la financiación que ofrece la Unión Europea por medio de sus fondos extraordinarios Next Generation, propone reimplantarla, también para cartón y nuevamente en el Claustre –hay un proceso de mantenimiento y vigilancia, de ahí que se ubique en un espacio controlado.
Ya hay alguna empresa que ha mostrado interés en la concesión cuyo precio –se puede ofertar uno o varios lotes– y el valor estimado del contrato es de 50.000 euros.
Dejaros de ecopuntos, €€ es lo que necesitamos y más máquinas, verás como se recicla.