Natural de Chile, donde ha participado y alcanzado altas cotas en programas de televisión de temática gastronómica como «El discípulo del chef» y «Celebrity», Joaquín Winter (Santiago, 1997), está ahora empezando a labrarse un nombre y trayecto entre fogones a este lado del charco.
Y eso contextualiza su presencia en Menorca, en la que desembarcó para convertirse hace un mes en el número dos en la cocina del Restaurante Es Port, en Fornells, capítulo al que a su vez ha precedido un trienio en la Península, que ha comprendido estancia y trabajo en lugares como el País Vasco y Madrid. Un recorrido vital y formativo de lo más interesante para un artista de la cocina cuyo libro de estilo no rechaza gusto ni tendencia ninguna, más al contrario, si bien sí se orienta hacia la alta cocina, el manejo de productos y la cocina de vanguardia.
Clave
Con certeza, su irrupción en 2019 en el reality «El discípulo del chef», versión andina del «MasterChef» patrio, donde obtuvo un brillante segundo lugar llegando a encandilar el paladar del mismísimo Sergi Arola –quien fue alumno aventajado de Ferran Adrià y de Pierre Gagnaire formó en el jurado del programa–, y su presencia posterior, en 2022, en el «Celebrity», versión selecta de ese espacio, que reunió a los mejores exponentes de ediciones previas, fueron determinantes para poder empezar su trayecto en España.
«Aparecer en esos programas me ayudó. Había hecho algunas prácticas en España y me sirvieron para ponerme a prueba, y para mostrar y mostrarme como me había desarrollado; también por la exigencia de las cámaras, fue una presión diferente», explica sobre una experiencia en suma «enriquecedora, muy bonita y totalmente recomendable», a la par que la llave para poder encontrar su sitio en nuestro país.
Joaquín dejó familia y polola en su Chile natal –todo sueño reclama sacrificios– y recaló en Euskadi. El selecto «Azurmendi», enclavado en Larrabetzu, un tres estrellas Michelín gestionado por el prestigioso Eneko Antxa, fue su nuevo destino. «Aunque estoy más enfocado en restaurantes gastronómicos, fue un gran aprendizaje, puede experimentar la combinación entre la cocina tradicional vasca con cocina de vanguardia», cita. Después, Barcelona, otro par de trabajos en Madrid, lo que equivalió a más aprendizaje, y rumbo a la Isla para instalarse en Fornells, ya en el presente 2025.
«Hice el contacto a través de una colega de Madrid, me habló maravillas de Menorca, tanto a nivel laboral como por la calidad de vida y su naturaleza. También quería salir de la monotonía de Madrid, de la gran ciudad», resume nuestro protagonista.
Los gestores del Restaurant Sa Nansa, también en el núcleo norteño, fueron su enlace para recalar en «Es Port», donde se prepara para su primer verano profesional en Menorca. «Aquí trabajamos mucho la langosta, el pescado fresco a la brasa... en Madrid estaba muy enfocado en conocer el producto», asegura quien aspira a no encasillarse y sí en ser un chef «versátil, vanguardista y también tradicional, haciendo que el producto resalte».
Cocina insular
En sus pocas semanas de trabajo en Fornells, donde también ha establecido su residencia insular, Joaquín Winter ya tiene para una primera radiografía de la cocina menorquina. Y un elemento o hábito le ha llamado especialmente la atención, hasta el punto de definirlo de «increíble», y es los muchos usos y salidas que se da a la sobrasada, «y como se utiliza en algunos guisos».
Cataloga la típica caldereta de langosta de «plato delicioso y muy reconfortante», ensalza el producto autóctono, sobre todo el pescado, «que llega en muy buenas condiciones», y aunque prefiere no apresurarse en vertir un diagnóstico definitivo de la cocina local, pues necesita «algo más de tiempo para ir viendo más cosas», Joaquín advierte que quizá en los fogones menorquines se adolezca de cierta falta de atrevimiento.
«Creo que en Menorca tenéis un plus que debéis explotar, los restaurantes van mucho en una misma línea, falta arriesgar en ciertas propuestas, hay platos a los que se puede dar la vuelta», concede al respecto.
Desconoce cuánto se prolongará su etapa menorquina. «Voy paso a paso, me estoy llevando una linda impresión de la Isla y en adelante me gustaría seguir aquí. De momento, estaré hasta el 31 de octubre, después ya veremos», concluye Joaquín Winter, todo un finalista de la versión chilena de «Masterchef» en Menorca.