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Aldo Raviolo, médico en Menorca: «Los antibióticos no son un recurso infinito: hay que usarlos con responsabilidad»

Salud finaliza su campaña  en centros docentes para concienciar sobre las superbacterias y el uso correcto de los antimicrobianos

El doctor Aldo Raviolo, en su consulta | Foto: Gemma Andreu

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Más de 300 estudiantes de siete centros docentes de Menorca han participado en los talleres organizados por el Área de Salud para concienciar sobre el uso correcto de los antibióticos. El doctor Aldo Raviolo ha impartido esas sesiones. Este facultativo, durante años adscrito al servicio de pediatría de Canal Salat y ahora médico de familia en Dalt Sant Joan, es el coordinador del Programa de Optimización del uso de Antimicrobianos (PROA) en Atención Primaria de Menorca. PROA es una herramienta del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos, un problema que amenaza la salud mundial y que se intenta frenar con este tipo de acciones comunitarias, «educar es prevenir», subraya el médico.

¿Cómo se aborda este problema sanitario con los adolescentes?

—Es una actividad docente que se plantea en el Plan Nacional, y es básicamente un juego de rol con el que se genera debate entre los alumnos, que se enfrentan a una situación crítica: por qué decir ‘no’ a un antibiótico y en qué momento este medicamento está indicado. Todo gira en torno a la estrategia de prescripción diferida.

¿En qué consiste dicha estrategia de salud?

—La prescripción diferida trata de optimizar y reducir el uso de antibióticos, no recetarlos desde el primer momento cuando se tiene un resfriado que puede ser vírico, sino prescribirlo y que el paciente espere, para tomarlo o no, según su evolución. Se deja el antibiótico en su tarjeta sanitaria por si lo necesita, y esa es la herramienta en Atención Primaria que hemos visto que mejora la prescripción de antibióticos, porque disminuye, generalmente el paciente mejora y no lo toma.

¿En qué situaciones de apuro se han visto los estudiantes?

—Hemos introducido cuatro personajes de la vida cotidiana: un trabajador autónomo resfriado, que quiere el antibiótico cuanto antes para no dejar de trabajar; una abuela anciana, sana pero que fallece tras pasar por quirófano debido a una fractura; un informático que no entiende cómo, si la tecnología avanza, no se fabrican más antibióticos; y una médico de cabecera que siente la presión asistencial, ese paciente que le reclama el antibiótico y ella dice que no quiere ser la mala de la película.

El doctor Raviolo, en una de sus sesiones en el instituto Josep Miquel Guàrdia. | ASM

¿Qué enseñanza hay detrás de cada personaje?

—Primero, que por muy pronto que se prescriba el antibiótico, si se trata de un virus, no va a servir de nada, por mucho que lo demande el paciente, porque solo va a afectar a las bacterias. También que los antibióticos no son un recurso infinito y que se está generando un problema de bacterias multiresistentes, las superbacterias, que pueden convivir con nosotros y las podemos transmitir y dañar a personas con su sistema inmune deprimido, como el caso de la señora mayor que por una caída entra en quirófano, se contagia de una bacteria hospitalaria multiresistente y fallece por una complicación, algo que puede ser real. Podemos transmitir bacterias multiresistentes a personas que están en un tratamiento oncológico, por ejemplo, y generar una situación de potencial gravedad, debemos ser conscientes de ello.

¿Cómo aprende una bacteria para convertirse en resistente, en una superbacteria?

—Al tomar mal un antibiótico, por ejemplo, al no cumplir la posología, los días del tratamiento, cuando uno al cabo de tres días siente que está mejor y piensa «para que voy a seguir con el medicamento», o con la automedicación, cuando a alguien le duele la garganta y decide tomar amoxicilina porque a su hermana le fue bien. En los talleres también se explica a los estudiantes la diferencia entre virus, bacteria y parásito, los días de evolución de algunas enfermedades más comunes, y los efectos adversos de tomar un antibiótico que no necesitas, a lo mejor tienes tos y mocos y luego añades una diarrea porque has barrido tu flora intestinal.

¿Existe esa presión para recetar en las consultas?

—Hay pacientes que lo entienden pero otros no se conforman, parece que si les dices que tomen paracetamol y se hidraten, que sigan unos cuidados básicos en casa, no les has visitado, y se van a Urgencias en busca del medicamento que ellos creen que les va a ir bien. Depende de los pacientes pero no solo de ellos, también de cómo el médico les explica el tratamiento. Pero en general, sí, muchos buscan soluciones rápidas, cuando un 90 por ciento de los resfriados son víricos y los síntomas pueden limitarse a 5 o 6 días. Aquí es positiva la prescripción diferida, porque empodera al paciente y le da confianza.

Lo más sencillo para la doctora del juego es recetar...

—Claro, ser complaciente es lo más fácil, recetar y no dar toda la explicación, por eso este personaje pide que no sea solo responsabilidad suya, que se hagan campañas de concienciación sobre la prescripción diferida, a nivel social y comunitario. Porque si seguimos así vamos a tener un problema de resistencias muy grave, se dice que en 2050 las resistencias antimicrobianas superarán al cáncer como causa de muerte a nivel global.

¿Hasta ese punto proliferan las superbacterias?

—No hace ni cien años que se descubrió el primer antibiótico, en 1928, y en menos de un siglo estamos con un problema de resistencias tan grave que la potencial consecuencia es que de aquí a 25 años nuestros hijos y nietos puedan llegar a tener una era preantibiótica, la era en la cual una herida, una cesárea a una madre sana o una intervención quirúrgica se puede complicar con una bacteria resistente y derivar en una sepsis.

Parecía que el ser humano tenía ganada ya esa batalla, pero no es así.

—Este es un planteamiento extremo pero sí, podemos llegar a esa era preantibiótica por haber hecho un mal uso de estos medicamentos.

¿Cómo ha respondido el alumnado a esta campaña?

—Para mí ha sido muy gratificante, por su participación, han planteado preguntas muy interesantes, han reflexionado sobre el tema, y así pueden tener una actitud crítica ante una situación como es la toma de un antibiótico.

El próximo curso se quiere extender la campaña también a las familias

Durante el presente curso la campaña de concienciación se ha llevado a los institutos Joan Ramis i Ramis, Miquel Guàrdia, Maria Àngels Cardona, Pasqual Calbó y Cap de Llevant, y a los colegios concertados Sant Josep y La Salle de Maó. Han participado en total 304 alumnos y alumnas. El año que viene la idea es ampliar la actividad para que participen también asociaciones de padres y madres.

3 comentarios

baps baps | Hace 7 meses

gran médico y mejor.persona

user Popeye el marino | Hace 7 meses

Que grande Aldo!!

Paco Gerte Flores Ben Dover | Hace 7 meses

Grande Aldo

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