El Ayuntamiento de Sant Lluís ha anunciado la apertura de un expediente administrativo en relación a la denuncia de unos vecinos que comprobaron hace unas semanas que habían movido el nicho de uno de sus familiares fallecidos. Donde antes había una lápida se encontraron con una lámina blanca de poliestireno y también se había cambiado el ataúd.
El concejal responsable del cementerio, Eloy Pons, comenta que el Consistorio responde de este modo a la reclamación patriomonial que por estos desagradables acontecimientos ha presentado la familia. Pons evitó ayer pronunciarse sobre los indicios de que dispone en estos momentos el equipo de gobierno sobre esta controversia, de la que dio cuenta «Es Diari» en su edición de ayer.
Será la investigación, afirma, relacionada con el desarrollo de este expediente administrativo lo que determine las responsabilidades que pueden haber en este caso y dónde han ido a parar los elementos funerarios que fueron movidos. Hay que seguir el proceso reglado, apunta.
Sobre las quejas vertidas por los familiares de la difunta en relación a la falta de respuesta por parte del equipo de gobierno, desde el Ayuntamiento explican que no se han reunido con los afectados porque todavía no tienen la información suficiente sobre lo sucedido como para darles una respuesta efectiva. Eloy Pons asegura que en el momento en que dispongan de datos relevantes derivados de la investigación que se pone en marcha llamarán a los descendientes de la difunta para transmitírselos.
Si se cumple la lógica administrativa la familia afectada, además de no recuperar los restos del difunto o no en su totalidad, hueso arriba hueso abajo, seguirán recibiendo la cuota del alquiler del nicho religiosamente hasta el infinito y más allá.