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Trabajar a pleno sol en Menorca: «Son los días más duros del año»

Playeros, transportistas u obreros de la construcción, entre los profesionales que más sufren los rigores del verano en la Isla

Varios trabajadores, en una obra, bajo un sol de justicia | Foto: Katerina Pu

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El calor, las altas temperaturas, son el fenómeno atmosférico más relevante, característico y distintivo del verano. También, para ciertos gremios y actividades, fundamentalmente las que exigen desarrollarse al aire libre, uno de sus principales ‘enemigos’ en esta estación del año.

Empleados de la construcción y de limpieza, repartidores, hamaqueros e incluso deportistas. Son varios los sectores y materias que no pueden escapar de la térmica atmósfera que propicia la época estival –ni del estrés, ya sea en carne propia o el que transmiten terceros–, debido a la masificación que experimenta la Isla en estos meses, o a consecuencia de la combinación de todos esos agentes.

La construcción es uno de los ramos que más sufre el rigor del verano; la jornada intensiva y desarrollar las tareas más duras a primera hora, son un recurso. | Katerina Pu

Sin otra opción que adaptarse y aclimatarse a ello, puesto que en ciertos casos su volumen de trabajo incluso se incrementa en esta franja del año, a continuación pulsamos a algunos de esos rostros y profesionales que deben convivir con ese aumento de grados celsius. Más si cabe en el presente 2025, en el que el verano arrecia con fuerza desde sus albores.

Empleado en una empresa de limpieza y poseedor de una concesión para la gestión del servicio de sombrillas y hamacas en las playas de Binibèquer y Cala Tirant, José Finestres nos explica que tanto en una como en otra función se siguen una serie de pautas que contribuyen a convivir mejor con las altas temperaturas.

«En FCC nos detallan unos protocolos a cumplir; y cuando hace mucho calor buscamos trabajar en las sombras, nos refrescamos de modo constante... pero es muy duro, tampoco es fácil prever un golpe de calor. Por ejemplo, la zona del puerto es más exigente, siempre pega el sol», explica Finestres.

En relación a su empresa particular, que presta servicio en las playas, Finestres concede permiso a sus trabajadores para que puedan, de tanto en tanto, darse un chapuzón, lo que sin duda alivia, sobre todo en las horas punta de calor. Una considerable ingesta diaria de agua –unos cinco litros de media–, y un par de duchas al día son otras rutinas imprescindibles para, dentro de lo posible, hacer más plácida la jornada veraniega, concluye Finestres.

Un trabajador carga con unos palets en una instantánea de su jornada laboral. | Josep Bagur Gomila

El constructor Antonio González ‘Chamorro’, desde hace décadas radicado en la Isla, detalla que recurrir a la jornada intensiva, que en su caso promueve a partir de junio, es práctica común en este periodo del año entre los de su ramo, o parar en agosto. «Hacemos de 7 a 15 horas, paramos un rato para tomar un bocadillo y evitamos los golpes de calor», indica.

Eso implica el mismo volumen de trabajo «y rendimiento», pero con un matiz a tener en cuenta; «las labores más duras las llevamos a cabo a primera hora, cuando hace menos calor, y a la inversa, lo más llevadero se hace en las horas en que más aprieta el calor». Para contrarrestar las altas temperaturas, «se bebe más agua» que en invierno, «nos mojamos la cabeza, la camiseta...», apostilla Chamorro.

Transportistas

El sector del reparto y transporte es otro que sufre gran exposición al calor, e igualmente a otros factores que generan el estío insular, como la masificación de la carretera. Los tiempos han mejorado, los vehículos están más provistos (aire acondicionado, equipamiento eléctrico para cargar y descargar), pero sigue siendo una labor «mucho más dura en verano que en invierno», nos relata Paco Show, que acumula varios lustros de experiencia en este campo laboral. «Tienes ese contraste entre la temperatura agradable que te facilita el aire acondicionado, pero que debes usar con moderación sino el golpe luego es mayor, y el calor que hace cuando sales a descargar, a hacer el reparto», anota.

Y cabe añadir a todo eso, «que hay mucha más gente, mucho más tráfico, los transportistas debemos ir con cuatro ojos», sin omitir que mucha gente, por el calor, por la masificación o por todo a la vez, «está de peor humor, más tensa y nerviosa». Su realidad les impide poder optar por la jornada intensiva, «pues hay clientes que necesitan el servicio por la tarde», aclara Paco, y tiene, en el tramo que comprende desde el preámbulo del verano hasta superada la tercera semana de julio, su mayor repunte.

Un par de operarios tratando de detectar una avería. | Katerina Pu

«Agosto también es exigente, pero menos, pues los hoteles han cargado todo, los pedidos ya están hechos», y en septiembre, un nuevo punto álgido, «al cerrar los hoteles, y aún hace mucho calor», explica.

El agua u otros líquidos, siempre sin alcohol, son otras soluciones para mitigar los efectos veraniegos. Y sobre todo, termina Paco Show en otra alusión a lo que se encuentra por la carretera, «mucha paciencia en unos meses que realmente son terribles».

Nuestro último testimonio nos lo ofrece José Moll, propietario de una empresa de control de plagas, cuyo atuendo y enclaves donde opera en ocasiones no ayudan precisamente a combatir las altas temperaturas. «El calor se nota más, por supuesto; si estando en casa ya sudas... pero casi peor es la humedad», precisa. «Nos adaptamos, pues hay más trabajo en esta época; es importante ir bebiendo agua, y abogamos por una dieta más suave, lo que también ayuda; y el hecho de ser de aquí, creo que también hace que te acostumbres, que lo lleves mejor», sentencia Moll.

Maria Pallicer, atleta: «En verano entrenas menos, bajas el ritmo»

El deportivo es otro de los ámbitos que sufren con las altas temperaturas que arrojan los termómetros a lo largo del verano menorquín. Y si bien algunas prácticas como fútbol y baloncesto acostumbran a detener su actividad competitiva, y con ello sus entrenamientos, en junio, julio y gran parte de agosto, lo que equivale a los meses más exigentes en ese sentido, otras, en cambio, carecen de esa licencia e incluso frenar durante la época estival resultaría contraproducente. Así ocurre, por ejemplo, con el atletismo, más si cabe a nivel local, puesto que el calendario de carreras populares de la Isla precisamente se ajusta al trecho que abarca desde inicios de verano hasta su epílogo.

Sin olvidar que se trata de una materia que reclama un estado de forma constante, permanente, en tanto que sucumbir a altibajos o ‘picos’ físicos, además de que entraña una fácil pérdida de prestaciones, y con ello de rendimiento, hace que se multiplique de modo exponencial el riesgo a lesionarse. En ese orden, pocas voces más acreditadas que la de la runner local Maria Pallicer.

Desde hace lustros invulnerable ganadora en cualquier competición atlética que se celebra en suelo insular, la corredora de Ferreries también tiene su metodología en lo que concierne a intentar combatir los rigores del verano.

En ese marco, admite que adapta su rutina de entrenamientos a las circunstancias. «En invierno puedes entrenar a cualquier hora; yo trabajo por la mañana y normalmente empiezo a entrenar sobre las 18.30, pero ahora que el calor ya aprieta, salgo más tarde», más hacia es fosquet, desvela Pallicer, que «sobre todo» en esta etapa del año aprovecha los fines de semana para salir a correr a las 8.30 o 9 de la mañana, «que aun así hace calor», matiza.

«No paro en todo el año, pero es cierto que en invierno entreno más horas, en verano aflojas algo el ritmo», añade.

En su caso, apenas altera la dieta, también porque mantiene una misma pauta a lo largo de todo el año, pero sí reconoce que hay un incremento, «importante» en el consumo de líquidos, «en la hidratación», finaliza la atleta más ganadora del panorama local de los últimos lustros.

11 comentarios

user Mirta | Hace 6 meses

Toda la vida trabajando sin aire acondicionado en el campo, el mar en todos lados y ahora resulta que somos flojos, y marcianos de colores que nos fundimos. La generación vive hasta los 100 años y ahora las próximas ni sabrán trabajar ni caminar por el frío ni el calor no podemos ser más idiotas

user Hasta aquí | Hace 6 meses

luis63Deja de decir chorradas. No son las vacunas son los imanes que se pegaron en los brazos y no dejan respirar a la piel. JAJAJA, qué valiente es la ignorancia.

yo yo | Hace 6 meses

Ladrón de Guevaraantes, con el calor trabajabamos de 6 a 2 pero ahora con el rollo de no molestar tenemos que trabajar de 8 a 4

user Ladrón de Guevara | Hace 6 meses

luis63Pronto en las horas de más insolación ni podremos trabajar. La pregunta es, quién pagará la factura? Es estado?

Juan Maria Juan Maria | Hace 6 meses

AlejopY trabajar dentro de una nave con tejado de uralita a mas de 40° tambien es un remedio para adelgazar y desmayarse...

IO IO | Hace 6 meses

Si hace calor y con los an̈os es mas duro de soportar,ya que hay mucha gente que trabaja los meses de verano y en invierno desconectan unos meses propongo que los que trabajamos todo el an̈o hagamos lo contrario,desconectar de julio a septiembre,a que mola!😁...

user luis63 | Hace 6 meses

QUE NO ES EL CALOR, son "las vacunas".

user pirata.14 | Hace 6 meses

Y los conductores de autobuses con cacharros de más de 20 años que el aire acondicionado ,que no tengo palabras para describirlo ,clientes quejándose y el chófer aguantando la calor del motor delantero y apenas sin aire delantero, lo de acondicionado no lo percibo, aguantando largas jornadas, que ganas tengo que venga octubre..

user Estrella Dammerda | Hace 6 meses

Demanau a nen VIRIATO que ell es de capital i segur te sa soluçio

user Alejop | Hace 6 meses

Preguntar a los jardineros a ver como lo estan pasando com este calor

user Foxtrot 88 | Hace 6 meses

Es una vergüenza tener a trabajadores expuestos a pleno sol con esas temperaturas sabiendo la cifra de vidas que se ha cobrado el calor en España.

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