No consultar el parte meteorológico; no avisar a familiares o conocidos de la ruta que se va a hacer o no tener un plan de viaje claro; no saber usar los canales de comunicación, como la radio a bordo; no llevar el suficiente combustible; dejar que los niños recorran la cubierta sin vigilancia, incluso que se sienten en la proa del barco; no tener bengalas de emergencia; no llevar los suficientes aros salvavidas o que estos se encuentren en malas condiciones; consumir alcohol; y no instruir con unas mínimas nociones a la gente que comparte la salida en barco. Estas son algunas de las imprudencias, muchas veces despistes o riesgos que se toman por un exceso de confianza, que en el mar se pueden transformar en una emergencia y en una desgracia irremediable, si los servicios de rescate no llegan a tiempo.
Para alertar de ello y tratar de erradicar estas prácticas, la directora general de la Marina Mercante, Ana Núñez, presentó este martes en el Club Marítimo de Mahón (CMM) la campaña de verano de seguridad en la náutica de recreo, promovida por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Bajo el lema «Mitos que hacen aguas. Haz oídos sordos a los cantos de sirena y escucha la ley del mar», la campaña se presentó en Maó debido al elevado número de incidencias relacionadas con la náutica de recreo que se producen en Balears.
De hecho, el Centro de Salvamento de Palma ocupa el segundo puesto en el ranking de emergencias de náutica de recreo que se registran en todo el país verano tras verano, solo superado por Barcelona.
420 siniestros
Balears es la zona con mayor densidad de embarcaciones de recreo y por ello, registra más incidentes, contextualizó ayer la directora de Marina Mercante al ofrecer los datos de siniestros, con el archipiélago balear a la cabeza. «Hay que ver el dato en perspectiva, la campaña es necesaria para concienciar a la gente e intentar evitar que se produzca estas emergencias», declaró, «pero no queremos decir que las mayores imprudencias se cometan en Balears, creo que no es así».
Pese a todo la estadística es clara, en Balears se registraron durante todo el 2024 un total de 420 incidentes, de los cuales 237 fueron en verano, del 15 de junio al 15 de septiembre, lo que significa que el 56 por ciento de las emergencias de náutica de recreo se concentraron en esos dos meses. En el ámbito nacional, casi la mitad de las emergencias que se producen en el mar en la temporada estival tienen como protagonista una embarcación de recreo y otras actividades marítimas recreativas, como pueden ser las motos de agua.
Durante la mesa redonda celebrada este lunes, en el marco de la presentación de la campaña para prevenir accidentes, los expertos incidieron en la necesidad de instruir o dar «una pequeña formación» a quienes suben al barco, que esta no se limite al patrón, afirmó el capitán Francisco Córdoba, jefe del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, quien también se refirió a la «laxitud» existente en cuanto a la posibilidad de manejar o no un barco, ya que algunos se alquilan sin necesidad de titulación.
Por su parte, José Luis García Lena, director de Salvamento Marítimo, señaló que la mayor parte de las emergencias que atienden no están ligadas a grandes catástrofes o fallos estructurales del barco, sino que son «previsibles» y de «sentido común», algo en lo que insistió asimismo el presidente del Club Marítimo, Basilio Ferrer. Por último, Jordi Carrasco, director general de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas, subrayó la necesidad de la «pedagogía para evitar los accidentes» y destacó el papel de las empresas de chárter en ofrecer instrucciones a sus clientes, porque pueden tener que enfrentarse a un medio hostil.
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